La gracia de esta
receta consiste en que se amasa una vez, lo que toma más o menos media
hora, y los panes se congelan crudos. En un congelador normal pueden guardarse
algo más de una semana, y en un congelador de menos de 18º bajo cero,
se pueden guardar durante meses.
Para consumirlos,
se asan los panes necesarios sin descongelar, en el hornito eléctrico a
250º (temperatura media), por 15 a 25 minutos, subiendo la temperatura al
final, según si quieren más o menos dorados. En el horno convencional,
precalentado, se asan de 30 a 45 minutos. Ojo: en mi hornito eléctrico
se demoran escasos 10 minutos y quedan súper esponjados.
Receta: Soledad
Villarroel R.
Ingredientes
para un kilo de pan:
1. Se prepara una
salmuera con la sal en dos tazas de agua tibia (no debe estar caliente al agregarse
a la masa). En media taza de agua tibia con el azúcar disuelta, se pone
la levadura y se deja fermentar por 10 a 15 minutos. Se entibia la mantequilla
o margarina.
2. En un bol o
tabla de amasado, se pone la harina con un hoyo al centro, donde se pone la levadura,
la que se une con la salmuera. Con cuchara de madera, se mezcla el líquido
con la harina, agregándole la mantequilla, hasta que se forme una pasta
homogénea. Se agrega la yema de huevo (los deja más pesados, pero
de muy bonito color).
3. En la tabla,
se amasa la pasta por unos diez minutos, ligándola bien, hasta que no se
pegue en las manos. Se forman los panes del tamaño deseado.
5. Se dejan reposar
los panes por 10 a 15 minutos y luego se llevan al congelador o al horno si son
para consumo inmediato.
¡Exquisitos!
Y el aroma a pan recién horneado en los desayunos de las mañanas
de invierno es impagable.
Finalmente, resulta
mucho más económico que el pan de molde y algo más caro que
el pan corriente.