1 1/2 kg repollo blanco sin
la parte gruesa 2 hojas de repollo grandes enteras
50 g sal marina
1 chda bayas de enebro
1 chda cebada
1 frasco grande de boca ancha
1 frasco de pequeño
1 un palo de mortero
1 lienzo poroso
Preparación
Lavar y secar muy bien los frascos. Moler la cebada
y colocar en la base del frasco grande (dentro). Sobre madera machacar
una de las hojas enteras sin romperla. Colocarla sobre la cebada.
En un recipiente poner el repollo finamente cortado
en juliana. Espolvorear con sal y enebro. Presionar con la mano
y machacar con el palo de mortero.
Cuando comience a producir líquido empezar a ponerlo dentro
del frasco sobre la hoja previamente colocada y presionar con las manos.
Dejar descansar una hora y volver a presionar.
Si disminuye el volumen del repollo, repetir nuevamente la operación de cortar finamente
el repollo, ponerle sal y enebro y presionarlo en un recipiente, dejar
que suelte líquido y seguir rellenando el frasco, dejar descansar
una hora y continuar con el mismo procedimiento hasta completar el
frasco. Terminar colocando la hoja que reservamos, también machacada
pero entera.
Colocar un lienzo sobre la última hoja. Llenar el frasco pequeño
con agua y colocarlo dentro del grande para hacer presión. Se
debe mantener todo a una temperatura calida. A los 4 días retirar
el frasco pequeño y el lienzo, lavar el lienzo y exterior del
frasquito. Retirar el moho que se ha formado, cubrir nuevamente con
el lienzo y colocar nuevamente el frasquito con agua. Presionar para
que el jugo que se ha formado cubra la mayor superficie del contenido.
Repetir esta operación cada dos días y hasta que no se
forme más moho. Presione de vez en vez con el frasco pequeño.
Después de unos 10 días (hasta 15 días en clima
muy frío), cuando el repollo tome consistencia blanda y marcado
sabor, ha finalizado el proceso. Retirar el frasquito, retirar el lienzo
y la hoja grande. Envasar en frascos más pequeños y guardarlos
dentro de la nevera. Si se llegara a formar moho (hongos), tirar el
moho y presionar el resto.