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Kiko
Benítez |
Mientras podríamos estar entretenidos
por cosas más importantes —incluso la llegada de la
primavera, por ejemplo— descubrimos que en la mente y boca
de muchos está
implantado como primera prioridad el tema de las próximas
elecciones alcaldicias, las que se realizarán el domingo
31 de octubre del próximo año para todas las Municipalidades
del país,
y para lo que falta un año, y un mes.
El tema es importante, sin duda, pero no debería
ser urgente. Sobre todo considerando que en un par de meses puede
suceder incluso lo más inesperado. Sin embargo es cierto,
la política es así: cómo perder el tiempo analizando
estrategias que nunca se llevarán a cabo porque la realidad
—o Dios, si usted prefiere— impone otra cosa. Claro que
esta vez la contienda está presionada por las elecciones que vienen
inmediatamente después, y eso modifica el escenario.
¿Qué
arriesga cada partido en las próximas municipales en
el país? |
• Una
derrota de la Concertación como bloque, afectará
frontalmente al Gobierno de Ricardo Lagos, a sus partidos y dejará
la puerta abierta de la Moneda a la Alianza por Chile el 2005
y, de paso, se cuestionaría la vigencia de la Concertación.
• Una derrota de la DC y un triunfo de la Concertación,
echará por tierra el estilo de Adolfo Zaldivar y consolidará
al bloque progresista como una opción para el 2005.
• Una derrota del bloque progresista y un triunfo DC,
dentro de un escenario positivo de la Concertación, consolidará
a Adolfo Zalvidar como el presidente que detuvo la caída
DC y consolidaría el derecho presidencial 2005 para su
partido.
• Una derrota de la Alianza por Chile y en especial de
RN, plantearía la necesidad de reperfilamiento del partido
de Piñera a través de una candidatura presidencial
propia, que compitiera con Lavín y la Concertación.
• En el escenario que Joaquín Lavin sea candidato
a Alcalde o Concejal, y no logre mantener o aumentar los votos
que obtuvo en el 2000, se podría interpretar como un
signo de decadencia y abriría otras opciones dentro de
la derecha de cara al 2005.
• Una derrota de algún(as) pre-candidato presidencial
de la Concertación, significaría un gran paso
para las pretensiones de Lavín y obligaría a la
Concertación a buscar nuevas opciones.
• Un resultado estrecho entre los dos bloques, implicaría
un statu-quo hasta la elección presidencial de 2005,
ya que el escenario se mantendría tal y como está
hasta ahora, luego de la última parlamentaria. En este
escenario aparecería con fuerza la discusión acerca
de los mecanismos de selección para los "presidenciables"
donde se pueden barajar dos opciones de primarias, al estilo
de los que ha hecho hasta ahora en la Concertación, o
a través de la utilización de la primera vuelta
presidencial como mecanismo de selección.
• Una derrota evidente de un pre-candidato concertacionista,
podría evitar la primaria y de esta forma optar por el
candidato único desde el comienzo.
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Lo entretenido en este caso es la nueva modalidad
de elección de Alcaldes y Concejales por separado. El beneficio
es que más personas que no podían asumir por tiempo
u otras razones una alcaldía, como sería mi caso —claro
que tampoco lo haría para Concejal—, podrán presentarse
para ser miembros del Concejo, y el defecto, que muchas personas capaces
perderán la oportunidad de ser concejales por haber perdido
en la contienda para ser alcaldes.
En este marco se recupera la perspectiva de cuál
es la función de cada uno. Las municipalidades son corporaciones
autónomas de derecho público, con personalidad jurídica
y patrimonio propio, cuya finalidad es satisfacer las necesidades
de la comunidad local y asegurar su participación en el progreso
económico, social y cultural de la comuna. Una definición
amplia en la que se pierde la similitud con la empresa, o gran
empresa,
privada, y en la que cada vecino es simplemente un accionista más
que se hace representar por un apoderado de mayor convocatoria que
es el Concejal. El Concejo, finalmente, equivale a un Directorio
pero con el defecto atávico de que los intereses individuales
de sus miembros suelen ser más del tipo político que
los del éxito
de la gestión municipal, ya que es el Alcalde el que resulta
que tiene más
posibilidades de adjudicarse el mérito.
El Alcalde, por su parte, debe gerenciar esta enorme
empresa que es la comuna, en la mayoría de los casos registrando
balances con pérdidas históricas y enormes, el que además,
si su lealtad se lo impone, debe recurrir a actos extremos como huelgas
de hambre, caminatas prologadas, o el ser encarcelado, con el fin
de obtener soluciones por autoridades más arriba en la jerarquía
del gobierno nacional.
Una municipalidad cualquiera, desde el punto de
vista administrativo, contiene todas las aristas de la más
compleja de las empresas, excepto el de la obtención de beneficios
y la distribución de dividendos. Y es lógico que esto
sea así porque en el fondo, y desde el punto de vista reglamentario,
están obligadas a funcionar como otra burocrática empresa
estatal. Y es esta mecánica la que permite, por supuesto, enormes
vicios y errores.
Podemos ver en la prensa especializada en las últimas
copuchas cómo algunos Alcaldes y Alcaldezas mejoran su figura
o como otros de buena figura pretenden cambiar de comuna, para ser
sus Ediles, llegando a ser en la práctica muy populares, pero
sin haber demostrado, todavía, ninguna capacidad explícita
para el cargo: ser un excepcional gerente.
¿Qué se requiere de este gerente?
Primero capacidad, una vista amplia que le permita integrar todos
los aspectos de su empresa en un engranaje eficiente que se traduzca
en beneficios para todos; segundo, sagacidad, ser capaz de detectar
a los posibles opositores antes de que algún error propio en
su gestión los convierta en tales, logrando con ello mantener
una comuna cohesionada en función de algún objetivo
común; tercero, por supuesto ser y parecer honrado, de manera
de ejercer el cargo sin necesidad de ser sostenido regularmente con
aportes financieros de amigos o interesados —sobresueldos o
comisiones— que a la larga o a la corta podrían hacer
fracasar su gestión por falta de honorabilidad; y, finalmente,
en cuarto lugar pero de igual importancia, ser independiente de manera
de poder asegurar que su gestión no está al servicio
de otros intereses como los superiores de algún partido político,
como sucedió muchas veces antaño que la pobreza era
un recurso para asegurar una buena votación para ciertos candidatos
de izquierda.
Requisitos de un titán, sin duda.
Resultados del "Simulador
de elección de Alcalde" en www.electoral.cl para: |
Kiko Benítez:
Ud. tiene escasa posibilidad de ser elegido. Reflexione sobre
sus debilidades y vea cual puede revertir.
Mario Olavarría:
Ud. tiene muy buenas posibilidades de ser electo. El triunfo
depende de su trabajo.
Manuel Rojas:
Ud. tiene posibilidad de ser electo, pero necesitara de mucho
trabajo y apoyo politico. |
En nuestra comuna, si el Alcalde Olavarría
piensa en ir a la reelección, enfrenta un cuadro diametralmente
opuesto al de la elección anterior en la que era una persona
desconocida con un discurso basado en el "cambio". Ahora
los votantes lo conocen y tendrá opositores y partidiarios
basados en hechos concretos en los que deberá sustentar su
campaña.
Por otro lado los votantes se encontrarán
un tanto reacios a inclinarse nuevamente por un desconocido o por
algún conocido que fundamente su campaña en críticas
a la gestiones anteriores.
Los futuros candidatos, tanto a la Alcaldía
como al Concejo deberán canalizar sus campañas hacia
el cómo se resolverá el futuro concreto, futuro en el
que participan variadas fuerzas e intereses, tanto privadas como públicas,
estos últimos pensando sin duda en las elecciones subsiguientes.
La agenda electoral indica que en un plazo menor a un año y
medio, los partidos enfrentarán cuatro elecciones nacionales
(Concejales, Alcaldes, Diputados y presidencial) y una parcial (senadores).
Además, son factibles otras elecciones intermedias, en el caso
que alguno de los conglomerados decida utilizar el mecanismo de primarias
para definir su candidato presidencial, situación que aunque
más probable en la Concertación no se puede descartar
en la Alianza.
La próxima estrategia de los candidatos
a Alcalde en Colina, difícilmente podrá incluir slogans
del tipo "Un Alcalde para Lavín" o "Un Alcalde
para Lagos", según sea el caso —además sería
una barbaridad comunicacional por la cercanía con las presidenciales—,
precisamente por la necesidad de concreción en el futuro, con
proyectos, montos y fechas que se demuestren plausibles.
Sin duda, para la UDI ésta es una espada
de Damócles en Colina, donde no se puede dar el lujo de perder
la gran ventaja obtenida en las presidenciales y municipales pasadas.
Sin embargo faltan candidatos y ya deberíamos
vislumbrarlos, candidatos de reconocidas capacidades administrativas
y, ojalá, con experiencia más en el mundo empresarial
que en el político