El
Gobierno formalizó a nuestra provincia como un giga-proyecto
urbano con un seminario "Estrategia de Desarrollo de la Provincia
de Chacabuco", realizado en la Sofofa el martes 9 de este
mes, en el que se explicaron los diferentes aspectos que confluyen para
que Santiago se expanda hacia el norte bajo un criterio de "Ciudad
Modelo".
La
importancia del acto radica en la comunión de objetivos entre
los diferentes actores públicos y privados. Por un lado el Ministro
de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones, Javier Etcheberry;
el Ministro de la Vivienda y Urbanismo y Bienes Nacionales, Jaime Ravinet;
el Subsecretario de Obras Públicas, Juan Carlos Latorre; el Coordinador
General de Concesiones, Germán Molina; la Gobernadora de la provincia,
Loreto Amunátegui y Mario Tala, Secretario Ejecutivo del Comité
de Ministros, Ciudad y Territorio. Por el otro, el presidente la Cámara
Chilena de la Construcción, Juan Ignacio Silva; el Alcalde de
Colina, Mario Olavarría; Jorge Labra, representando a las Inmobiliarias;
Jorge Claude, Gerente General de la Asociación de Aseguradores;
Joaquín Cortez, Gerente de Inversiones de AFP Provida; Fernando
Alvear, Presidente de la Asociación de Supermercados y Roberto
Wood, Director de Fernández Wood-Gestión Inmobiliaria,
empresa que en la ocasión dió por lanzada la primera etapa
por US $120 millones "Valle Norte", con 1.300 viviendas
en 120 hectáres de su megaproyecto Zoduc Chamicero.
Chacabuco
ha cobrado nuevamente vida, centrando la atención de los inversionistas
en este modelo de desarrollo que se demuestra como de rentabilidad segura.
Por eso el interés de las Aseguradoras como de las AFPs.
A
pesar de la tardanza del MOP en aprobar algunas soluciones indispensables
para este desarrollo, como el Acceso Nororiente, y que se tradujo en
una inevitable baja del valor del suelo, ahora se demuestra una clara
decisión en contrario ya que "la gestión del espacio
público en cuanto a los incentivos de localización de
ciertas actividades debiera ser uno de los proyectos de gestión
de más alta rentabilidad en la ciudad, no sólo con el
objeto de favorecer a la movilidad de las personas, sino que, además,
para contribuir a la integración del territorio y a la equidad
social", según manifestó el Ministro Etcheberry.
Resulta,
entonces, que se han despertado casi todos los proyectos que estaban
dormidos: comienza la expropiación de terrenos para la Avenida
del Valle la que a su vez permitirá un canal que guíe
hacia el Estero Los Patos las aguas lluvias de las quebradas que no
drenan hacia al Estero Las Cruces; hay intenciones de que la carretera
que une Chicureo con La Dehesa se prolongue por el Camino a Chicureo,
lo que permitiría su ensanchamiento con la consecuente expropiación;
en agosto salen las bases de licitación para el Acceso Nororiente;
en diciembre o enero próximo las del tramo que unirá El
Salto con Kennedy por medio de un túnel bajo el San Cristóbal,
mientras se proyecta que las parcelas agroresidenciales sean reconocidas
como zona urbana, pero conservando sus beneficios, convirtiéndolas
como único caso en Chile, en sitios privilegiados para su tamaño.
Sin
embargo, tanto para el Gobierno como para las grandes inmobiliarias,
Chicureo es sólo una parte de Chacabuco y una parte pequeña
comparada incluso con las mismas Zoduc que albergará. Al mismo
tiempo que las grandes inmobiliarias han efectuado aportes económicos
concretos para este desarrollo, lo que las ubica en una situación
de privilegio respecto a los condominios frente al Estado, por lo que
las mismas inmobiliarias, a través de sus representantes invitan
a agruparse a las parcelas de agrado, abarcando un área de 300
hectáreas o más, de manera que efectúen a su vez
aportes de mitigación ambiental o vial y asi convertirse en un
actor más, permitiéndole defender sus derechos y exigir
por ellos. Frente al punto, por supuesto, se puede argüir que los
habitantes actuales ya hemos aportado un esfuerzo mayor y sentado las
bases para este desarrollo, financiando con el uso inversiones que de
otra manera se habrían visto retardadas y que resultan indispensables
a este modelo. Claro que esto también habría que cuantificarlo
y formalizarlo.
Es
así que el 2005 se vislumbra como un año en el que ya
se podría estar gozando de una mayoría de los beneficios
que conlleva este desarrollo: vías de acceso expeditas a La Dehesa,
Santa María de Manquehue, La Pirámide y Kennedy, a 100
o 120 km/hr.; red de movilización colectiva con categoría
"Metro" al centro de Santiago; aguas lluvias solucionadas
excepto donde es imposible, como algunos sectores de Lampa; red de agua
potable y alcantarillado regulada por los organismos respectivos mientras
las empresas de telecomunicaciones podrán traer sus últimos
avances en tecnología, terminando de preparar a Chacabuco para
recibir un millón de habitantes en un plazo de 20 años
a contar de éste.
Los
supermercados, en cambio, y como consecuencia probable también
los grandes centros comerciales, harán su aparición más
lentamente. Con el criterio, equivocado desde nuestro punto de vista,
de requerir una masa crítica de 20 o 25 mil habitantes por cada
uno, necesitan esperar a que ellos se produzcan en vez de esperar una
masa crítica menor que les permita acelerar la densificación,
disminuyendo a su vez el tiempo que les permita obtener beneficios.
No parecen estar interesados en encontrar una ecuación que equilibre
estos aspectos, lo que resultaría lamentable porque no sólo
son un servicio de enorme utilidad para la comunidad, sino que, además,
son el tipo de empresa que genera gran número de empleos.
Aparte
de ello, Chacabuco se lanza con todo en esta carrera de desarrollo,
en el que tanto el Estado como los Inversionistas esperan generar un
modelo de ciudad perfecta desde el punto de vista tanto de la habitabilidad
como del punto de vista ambiental, y en el que, de no continuar la ineficaciencia
que han mostrado nuestras agrupaciones vecinales y la persistente negación
de muchos vecinos a integrarse con los demás, los principales
beneficiados vamos a ser nosotros.