Érase
una vez un importante fotógrafo norteamericano que, invitado
a cenar por un cliente a su hogar, seleccionó algunas fotos de
él y su familia para llevarlas de regalo a modo de cortesía.
Durante la comida las entregó a la esposa que maravillada por
su calidad lo felicitó, agregando que su cámara debía
ser muy buena y muy cara.
El
fotógrafo aceptó los comentarios con una sonrisa y la
velada continuó gratamente.
Al
despedirse agradeció a la dueña de casa, recalcando que
la comida había estado exquisita, y que sus ollas y sartenes
sin duda eran de calidad superior y, en consecuencia, carísimas.
Entonces
cabe preguntarse ¿qué es un tatuaje? Es
algo grabado, similar a una fotografía, y que podríamos
definir como algo que alguien se hace a sí mismo pensando que,
claro, es para siempre, sin darse cuenta de que eso que se hizo ¡es
para siempre!
Voy
y grabo en mi biceps una estupenda hawaiana desnuda que en siete años
más voy a detestar con toda mi alma. Peor aún si es una
calavera, una cruz gamada o cualquier cosa que en un momento de grave
estupidez pensé que me iba a hacer sentir orgulloso de llevarla
sobre mi piel hasta la muerte.
Tiene
un poco que ver con lo que se discute en el actual debate contra el
divorcio donde por un lado se afirma que el amor, la simpatía
y la comprensión mutua pueden jurarse para toda la vida, mientras
por otro se plantea que el matrimonio es un contrato voluntario entre
dos partes en pleno uso de sus facultades mentales.
Arriesgado
pretender que una pareja enamorada está en pleno uso de sus facultades
y perjurioso jurar para toda la vida, aunque en este caso el perjurio
se atenúa notablemente precisamente porque los enamorados no
pueden considerarse como personas "cuerdas". Recordemos que
el amor estimula los celos, estado en el que el ser afectado puede creer
firmemente en lo invisible, incomprobable o inexistente y que, definitivamente,
es considerado como un tipo de demencia.
Es
así como las personas muchas veces con excesiva frivolidad vamos
y adoptamos cosas para toda la vida --tatuajes-- sin considerar que
la vida de cada uno pasa por ciclos en los que --y la historia lo demuestra--,
como consecuencia de nuestra experiencia podemos cambiar nuestras anteriores
posturas a sus contrarias, incluso porque simplemente descubrimos que
estábamos equivocados. Todo esto por un lado, por otro:
EL
DESTAPE
Finalmente
salió la ley de calificación cinematográfica que
elimina la censura previa en Chile. Algo similar produjo en España
hace algunos años un fenómeno que fue llamado como "El
Destape".
Felizmente,
hoy y por fin, tenemos nuestro propio "Destape". Pero nuestro
Destape, al contrario del europeo, no se concentra en lo erótico
sino que abarca otros temas de sociedad: violaciones inaceptables a
los derechos humanos que casi quedaron impunes, corrupción política
que enloda nuestros altos índices internacionales de probidad,
faltas morales y delitos graves que quedaban amparadas al interior de
instituciones como la Iglesia, actividades sexuales desviadas como la
pedofilia y prostitución trasvesti que se amparaban, precisamente,
no en vacíos legales, sino que en nuestra dificultad para hablar
francamente de ello en las tribunas públicas: lo oscuro comienza
a aclararse en un fenómeno que a muchos les hace creer que estamos
siendo sobrepasados por circunstancias atroces, sin comprender que estamos
viviendo un proceso de limpieza que resultaba indispensable, pero que,
como en cualquier intento para borrar un tatuaje, puede resultar terriblemente
doloroso sin que logre borrarlo del todo y quede una cicatriz para siempre.
Sin
embargo todavía son muchos los que quieren aumentar las sombras
o hacer parecer como oscuras las actividades de sus contrincantes políticos.
Por ejemplo, en el caso de Monseñor Cox, alguna prensa ha insistido
hasta el cansancio en sus "abusos" cuando se trata de "conducta
impropia", como algunos sectores políticos buscan encarnizadamente
sacar beneficios tratando de "destapar" fraudes que aparecen
como tales cuando se analizan parcialmente, olvidando que los tatuajes
existen y que hoy, los diferentes medios podemos llevar un registro
de cada cosa que se dijo, cada cosa que se hizo y el tono o intención
con la que se llevó a cabo.
No
es que haya más corrupción, o más actividades sexuales
desviadas, o más delincuencia. Hoy podemos ver hasta como se
asalta a los micreros, delitos cotidianos que antes pasaban desapercibidos.
Es que la vida privada y la pública ya no pueden ser separadas
y se debe ser en lo íntimo igual que en lo público. Los
dobles estándares ya no pueden sostenerse porque todo está
registrado.
En
la novela "1984", William Orwell nos prevenía sobre
la vigilancia constante con "el Hermano Mayor te observa".
Resultó parcialmente así pero sin un estado totalitario
que te observa, sino que a la inversa, con una sociedad que en su totalidad
vigila las instituciones que conforman el Estado.
Para
terminar,
China --como otros países, instituciones y autoridades menores,
incluso en Chile--, ha intentado aplicar la censura previa a los medios
de comunicación e Internet, incluso bloqueando sitios como Google
porque validan Taiwán. Por supuesto que esto tiene algún
efecto político inmediato pero insostenible en el tiempo.
Creemos
que el destape que estamos viviendo actualmente en nuestro país
y el mundo, es como una efectiva medida contra el smog, permite respirar
aire puro.