En
torno a la Moral y las Buenas Costumbres:
Sin duda, de no mediar actos cómo éste en el pasado, todavía veríamos las imágenes en cuestión censuradas, como hasta hace un año atrás, y como algunas que presentamos aquí. ¿Pero, tiene alguna utilidad el que las mostremos no censuradas? Pueden juzgar ustedes mismos al pasar el mouse sobre las fotos --ojo, no es obligación y al hacerlo encontrará imágenes de desnudos--, y, en nuestra opinión, tiene que ver con la importancia de la realidad y con la importancia de enfrentar la realidad para tener buen juicio y, a través de un raciocinio eficiente que contemple todas las variables, poder aportar cada uno de nosotros a la evolución de una sociedad más justa y con mejores costumbres. La moral, con la globalización de hoy, es un concepto que cada día pierde más fuerza, mientras paulatinamente se va asimilando al concepto de ética. Actualmente resulta difícil diferenciar lo moral de lo inmoral por la cercanía de diferentes culturas de conductas o costumbres a veces opuestas. No sucede lo mismo si uno se pregunta si algo es ético o no.
A otros les parece desmesurado como se cubre el cuerpo de la mujer en los países musulmanes pero también les parece desmesurado el que no se cubra del todo. Es un problema de cuánto se cubre la desnudez y cuándo y dónde. Es decir, la desnudez es permitida incluso en su totalidad mientras no se muestren los genitales y los pezones de las mujeres. ¿Qué marcará la diferencia entre un trozo de piel y otro? Lo planteamos porque la piel es un sólo órgano y el cuerpo un sólo ser. El caso de la Baby Vamp causó todo tipo de reacciones, numerosas en contra por tratarse de una menor de edad --lo que no revisaremos aquí-- y por ofender la Moral y las Buenas Costumbres. Y aquí hay una contradicción desde el momento que nuestras costumbres no son buenas. ¡Lejos de!
Podríamos hablar de la Moral y la Costumbre o Tradición, pero poner nuestras costumbres como ejemplares o, incluso, respetables resulta una pretención de una ceguera insostenible. ¿Es una Buena Costumbre que un Alcalde agreda a un visitante extranjero porque éste logró sacarlo de sus casillas? Al respecto, este Alcalde declaró a Las Ultimas Noticias: "si viene un personaje cualquiera y me dice corrupto, se va a llevar un combo en el hocico de todas maneras. Si lo hice, fue por Chile y mi familia." ¡Notable patriotismo! Agregó
posteriormente el Alcalde Sabat: "Yo no acepto que ninguna persona
me venga a tratar de corrupto. Y al que lo haga, le va a llegar. Que se
preparen y lo sepan. Y al que no le llegó en la cara, le llegará
en las huevas, como a este otro... aunque parece que allí no había
nada." ¿Buena Costumbre por parte de las autoridades solucionar sus diferencias con combos en el hocico o patadas en las huevas, como la que intentó darle al fotógrafo argentino frente a miles de televidentes?
Pero sí. Sí tienen que ver los desnudos con los combos en el hocico, en el entorno de las Buenas Costumbres, que como la piel son un sólo organo, un sólo todo. Nuestra tendencia cultural nos impulsa a separar las cosas, dividiéndolas, adecuándolas a nuestras necesidades íntimas, creyendo firmemente en que si nadie nos ve escarbándonos la nariz en el baño o en el auto durante las luces rojas de los semáforos, utilizando un lenguaje igual de realista que el de Sabat, "nunca nos sacamos los mocos". Algo similar sucede entre la vida pública y la privada a la que tienen derecho las personas. ¿Por qué debe existir una diferencia de este tipo? Como la piel, la vida también es una sola.
-No, para nada. Y a los que posan para mí tampoco les gusta. Es gente común y corriente, que lo hace una sola vez y que no se siente cómoda sin ropa." Entonces, ¿por qué lo harán? La respuesta parece simple dentro de lo complejo del asunto: por una cuestión de libertad, porque las costumbres, las nuestras, deben ser constantemente revisadas, porque no podemos seguir viviendo en un mundo de combos en el hocico, de violaciones, incluso de torres llenas de gente destruidas con aviones llenos de gente, frente a la desesperación de muchos y el aplauso de otros tantos. ¡Viva Chacabuco! |