¡Es
hora de un nunca más! : Aún antes de la elección de Mario Olavarría le planteamos el problema de las aguas en la zona, de la misma manera como se lo habíamos planteado a Manuel Rojas --quién efectuó un par de obras que no hicieron sino empeorar la situación, como un canal ciego que termina en Los Ingleses--, al igual como lo hemos hecho con los diputados Luksic y Melero, y como también lo hemos repetido a la Gobernadora, Loreto Amunátegui. Pudimos ver los resultados en Lampa y Batuco, anegados con millones de metros cúbicos de agua que no salieron de la napa subterránea, salieron de varios cauces y uno de los principales somos nosotros, a los que, por supuesto, no verán inundados el día después porque el agua ya pasó. Sacar de la pobreza a mucha gente, como sacar de la pobreza a un país, resultará siempre imposible si cada tres o cuatro años se pierde todo, muchas veces quedando sólo con la deuda de lo que queda por pagar por muebles o electrodomésticos que actualmente resultan indispensables para la cultura. Y es cierto, no nos anegamos. Sólo vemos pasar un caudal enorme, a una velocidad aterradora, que luego de destruir innumerables cosas a su paso, de repente... ¡ya no está!
Claro, se fue a Batuco y Lampa, donde pueden ir las autoridades --Presidente de la República incluído-- a ayudar a los damnificados por el agua que pasó por nuestras calles, patios y casas. Tuve la suerte de llevar al Alcalde al dantesco espectáculo de Los Ingleses en un momento en que, aunque la tempestad había amainado (de los 8 mm/hr que tuvo en promedio durante 8 horas a sólo 2,5 mm/hr), todavía se podía vivir en carne propia la intensidad de las aguas, con profundidades en muchos sectores del alto de mis neumáticos, al punto que uno de los camiones de emergencia que nos precedía debió interrumpir su viaje al enterrarse en un banco de arena "submarino". En un momento el Alcalde se vio gracioso, en la mitad de este desastre, totalmente mojado y metido en el agua ¡mientras daba una entrevista telefónica por su celular a Radio Chilena! ¿Pero, estas aguas de donde provienen? Obviamente y como la mayoría sabe, en gran parte de nuestros cerros pero en otra gran parte provienen de Santiago y de ¡La Pincoya!, zona que, para evitar el anegamiento de Recoleta, utiliza el canal El Carmen como colector de aguas lluvias, el que simplemente colapsa en Las Canteras, primero, luego en sus dos brazos al encontrar el Camino a Chicureo, con puentes de dimensión insuficiente, hasta que finalmente revienta en Huechuraba, lo que nos produce un notorio alivio. Hemos insistido a las autoridades en la necesidad de un rebalse de estos canales al estero Los Patos, de manera de poder utilizar nosotros estos cauces para drenar nuestras propias aguas. ¿Hacia dónde? Hacia lugares que la autoridad debe determinar porque en este momento terminan, mayormente, en terrenos de cultivos, ahora en su mayoría con sus siembras perdidas. (No por casualidad Pudahuel significa "Lugar de encuentro de las aguas") Por supuesto que el nuevo Plan Regulador debe contemplar una solución a estos problemas, y, precisamente, la falta de un estudio hídrico en él es una de las causas de su revisión y demora. Pero para ver la implementación de estas soluciones deberemos vivir varias jornadas como la que vivimos esta vez. En el intertanto se ha intentado una red de canales de 3 metros de ancho por 4 de profundidad, a través de propiedades privadas, causando un enorme perjuicio a sus propietarios y sin indemnizarlos. Estos canales, por la Ley de Aguas, obligan a una zona de protección de varios metros, por lo que obviamente muchos de los propietarios afectados se niegan y por supuesto que son considerados como "poco solidarios". Oye, ¡cortémosla! La vida está llena de soluciones intermedias que la facilitan notablemente. Si en La Reina, con la quebrada San Ramón, hubieran propuesto esta red de canales, el barrio de Loreley claro que tendría otra cara. Las calles no se inundarían y las casas menos. Pero no se habría aceptado jamás una solución de este tipo y las casas seguirían inundándose. Al contrario, se adecuaron todos. Autoridades y vecinos se pusieron de acuerdo, y el problema se maneja no bien, sino que "bastante" bien. Al menos mejor que antes. Es posible que estemos ingresando a un nuevo período del Fenómeno del Niño, por lo que precipitaciones como las recién pasadas se repetirán con frecuencia, éste y el próximo año. Es hora de que las autoridades tomen la iniciativa, y de presionarlos a ello, de manera que entre todos podamos solucionar al menos en parte el problema de las aguas. ¡Viva Chacabuco! |