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EDITORIAL DE CHICUREO.COM:

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Onces de Septiembre:

Resulta increíble que en una misma fecha, con tantos años de diferencia entre una y otra, dos edificios emblemáticos fueran destruidos por aviones, de una manera jamás esperada, dando un giro radical a la historia no sólo de las naciones involucradas, sino que a la del mundo entero.

Aunque sin duda, sus consecuencias no son comparables, sus orígenes sí lo son.

Ambas destrucciones fueron causadas por posturas políticas y de Fe incompatibles, sucediéndose casi como si el destino hubiera intentado, al ver fracasar el objetivo de inculcar la paz con la primera, repetirla groseramente con la segunda.

Pero parece otro intento fallido, por sus causas cada vez más distantes del simple raciocinio que permiten los números, porque la guerra, el terror, el doblegar y obligar, es simplemente el peor de los negocios. Un negocio sólo es bueno cuando se benefician todas las partes.

Y es precisamente con los números que construimos las ciencias, con los que nos percatamos de lo distante que están las culturas de ellas. Cada cultura está en pugna con la otras, basando sus historias en diferentes calendarios --el occidental o católico, el musulmán, el chino, hebreo, etc.--, que a su vez se originan en hechos religiosos también irreconciliables, en vez de estructurarse bajo una Astronomía que es única e igualitaria para todos.

¿Importa el Calendario? Por supuesto que sí desde el momento que no sólo debería indicarnos en qué lugar del Universo estamos, sino que también nuestro lugar en la Historia. Pero no es así. Como ejemplo el calendario nuestro, que nos acaba de entregar la gloria de ingresar a un nuevo milenio --fenómeno emocionante de verdad-- y que se origina en el año del nacimiento de Cristo, hecho sin ningún fundamento histórico para los no creyentes del Nuevo Testamento, y que habría sucedido tres años después para los historiadores sí creyentes. Desde este punto de vista último, estaríamos todavía en 1999, si coincidimos esta Era con la Natividad.

Hace varios años se propuso un calendario de trece meses de 28 días, con un Día de Año Nuevo al final del año --que puede ser situado en cualquier lugar de la órbita sin afectar realmente nuestra vida pero que podría ser coincidente con algún solsticio, ya que actualmente el nuestro no coincide con nada--, y con un Día de Año Bisiesto, cada cuatro años. La gracia de un calendario como éste, estribaría en que los diferentes días de todos los meses llevarían el mismo nombre. Por ejemplo, si los meses empezaran los días viernes 1, usted sabría que todos los días siete, de todos los meses de todos los años, caerían en jueves. Lo mismo los 14, 21 y 28. Quizás a usted podría parecerle un tanto monótono, pero digamos que se trata sólo de una simple certeza astronómica, con plena coincidencia respecto al ciclo solar, y plena coincidencia respecto al ciclo lunar, lo que permitiría además, que la Semana Santa dejara de ser una fiesta movible en el grado actual, ya que se fija en correspondencia con la luna, que tiene un ciclo promedio en el tiempo de 28 días.

¿Sin embargo, si el calendario fuera cambiado, cuándo debería fijarse su origen? ¿El año 3 de esta era para que corresponda al nacimiento de Cristo? ¿El 560 AC para que corresponda al de Buda? ¿El 570 DC para el de Mahoma? ¿O hace 5.763 años para que corresponda al origen del mundo según los hebreos?

Seguramente deberíamos todos partir de un año cero: el que corresponda al del cambio, dejando todas las creencias que nos han llevado a odiarnos, matarnos, perseguirnos con Guerras Santas, Cruzadas y todas las demás, en una era pasada y oscura. Sería imponer la razón sobre la brutalidad con la fuerza de la ciencia. Como si cambiáramos nuestro "Por la Razón o la Fuerza" a "Por la Fuerza de la Razón".

Por supuesto, como muchas otras ideas de paz, ésta también es irrealizable porque simplemente las personas, los individuos, no vinculan su presente con el presente terrestre ni menos con el astronómico, esto es, con la realidad. Las preguntas del tipo ¿afecta mi auto a la contaminación? ¿afecta mi estufa al calentamiento global? ¿afecta el tener una familia numerosa al futuro de esos, mis hijos? ¿afecto yo en algo el momento histórico? tienen una respuesta negativa en una mayoría de las personas porque ellas están convencidas que su importancia se reduce a su núcleo social más cercano y eso es "si es que".

Pero la realidad objetiva es muy diferente. El mundo es afectado y sostenido diariamente por todos los seres humanos, sin diferencia de clase, ni económica, ni étnica, ni cultural, y algún día, la misma computación de siempre nos permitirá ver en la Historia, la importancia que tuvo hasta el más anónimo de los individuos en base al pasado registrado.

Hoy, obsesionados con nuestras pasiones, perdemos de vista el futuro y sus posibles complicaciones. Como un simple ejemplo, parece haber una percepción errónea sobre la Ley de Probabilidades y sobre que la posibilidad de una colisión con un asteroide el 1º de febrero del 2019 o el 2060, sea poco preocupante porque fluctúa entre uno en 250 mil o 6 millones de oportunidades.

Una joven pareja que hace un par de meses tuvo cuatrillizos nos acaba de demostrar que una posibilidad en 800 mil verdaderamente sucede en el momento menos esperado.

El que una posibilidad entre seis millones suceda en la primera oportunidad es tan posible como que suceda en una intermedia o en la última. Y en una situación astronómica con cifras y tiempos astronómicos, decir uno en un millón es una reducción y simplificación de una expresión mucho más real, por ejemplo, 25.000 en 25.000 millones, que le es equivalente.

En un caso como éste, con una posibilidad en da lo mismo cuántas oportunidades, basta con que sea "una" para que la preocupación deba ser enorme. No olvidemos que recientemente nos rozó un gran objeto espacial que detectamos sólo después de que nos sobrepasó. Quedan bastantes años para evitar un impacto, de suceder, y como chilenos, seguro que lo dejaríamos para el último minuto.

Faltan todavía años para esta posible colisión --otro objeto volador contra un "edificio" emblemático, la Tierra--, pero igualmente ella nos demuestra que debemos mirar los cielos, llevar a la realidad nuestros diferentes calendarios, integrándolos en uno sólo, ya que no existe más que un único Universo, el nuestro.

Y es sólo una opinión...



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