Momentos de Eduardo Gatti

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EDUARDO GATTI

Capítulos anteriores:
La guitarra Fender.

La odisea de Calbuco o cómo estar 33 horas sin dormir, parte I y parte II.

Premios Altazor 2002.

Robo Organizado

¿Quién prende la luz?

Ultima canción de Eduardo:

CONVERSACIONES CON OTROS SERES II

Después de una semana bastante complicada en que viajé a Antofagasta, al regreso me operaron de un abceso dental, en seguida canté en “El Establo” acá en Chicureo, luego me intoxiqué con antibióticos, antiinflamatorios y analgésicos, todos recetados por supuesto, para terminar ayer Sábado con un recital de Los Blops en el Pub La Rosa...

¡Uf! recién me vuelvo a encontrar conmigo nuevamente. Hoy por la tarde recibí el llamado de Juan Pablo Orrego con quién nos encontrabamos comentando nuestra actuación de anoche ( que a todo esto tuvo ribetes volcánicos ), cuando comencé a escuchar un golpeteo en la ventana, muy insistente y ¡oh sorpresa! era una avispa, la misma con la cual habíamos interrumpido nuestra conversación la semana pasada.

Después de despedirme de Juan Pablo salí al jardín y claro, era ella. Debo decir que no es una avispa común y corriente; es de esas grandes y negras, casi azúl y de aspecto entre maravilloso y aterrante. Sus alas tienen un ligero toque de rojo y su aspecto general me recuerda la imagen de un helicóptero “Apache” artillado ( de esos que aparecen un tanto abollados en las noticias de Bagdad ).

—¿Hola avispa, cómo estás?

—Yo bien, tiempo que no te veía, incluso me introduje en tu casa para ver si te encontraba pero no volveré a hacerlo: tu gato, sabes, lo esquivé un par de veces y la verdad es que no quise aguijonearlo, todavía estaría con su naríz hinchada.

—¿Usas mucho tu aguijón?

—Muy poco, es solo para defenderme y bueno, lo uso cuando voy a poner huevos.

—¿Como así?

—Necesito una araña de esas grandes y peludas para paralizarla con una picada y luego poner mis huevos adentro de ella. Así mientras ella está inmóvil, mis larvas, o niños como les dirías tú, se alimentan de ella. La verdad es que se me puede ir la vida en eso ya que la araña se defiende pero generalmente ganamos nosotras las avispas.

—Mmm, no me gustaría para nada que me picaras.

—¿Cuanto tiempo llevas viviendo aquí? —me preguntó

—Siete años.

—¿Te ha picado alguna de nosotras, incluyendo esas mas chicas que yo, que abundan en tu techo?

—No, la verdad que no —le dije acordándome de los enjambres que hay que cruzar en primavera.

—¿Me dejas pararme en tu mano?

No me gustó para nada la proposición pero sentí que en ella había algo que superaba a su aspecto, que definitivamente no era un “Apache” acribillando al resto con cuatro individuos aterrrados adentro sino que un ser absolutamente seguro de sí mismo y ...pacífico.

Después de asentir voló hacia mí, se posó y caminó lentamente por mi mano como investigando cada poro y pelo que se iba encontrando con unos rápidos movimientos que demostraban una alerta total pero a la vez soltura.Me vino una emoción súbita mientras ella mirándome fijo me dijo:

—Interesantes olores los que hay aquí, feromonas mezcladas con metal, tabaco también, pero prefiero el pólen, es mi olor y alimento preferido. Ah... y recuerda: tengo la capacidad de hacer mucho daño y dar muerte en cualquier momento pero no ando sembrándola. Adiós, nos vemos otro día.

En el momento en que me despedí de ella se me vino la imagen de un samurai vestido con sus mejores ropajes y armado con su mejor espada.

A continuación me di vuelta para hacerle cariño a uno de mis perros, el Luca, un quiltro de aspecto poco amigable pero bueno y fiel. Se llama así porque un día bromeando con Mario, el jardinero, le pregunté:

—¿Mario, cuanto creís que vale este perro?

—Luca jefe, no más de luca —me contestó riéndose. Y quedó con ese nombre.

—Hola Luca —le dije

(Bostezo de Luca )

—Luca, contéstame esta pregunta: ¿Qué prefieres, un buen hueso de esos que te trae el Mario o un conejo fresco recién cazado?

—Sí —me contestó.

—¿Sí qué Luca?

—Sí amo.

Definitivamente Luca no es muy comunicativo ni muy... bueno no lo voy a decir para no ofenderlo.

La próxima semana tengo una interesante conversación pendiente con dos seres más pero no puedo adelantar nada. Apenas nos juntemos les contaré.

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