Momentos de Eduardo Gatti

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RECITALES DE EDUARDO

  • Viernes 19 de julio
    Mesón Nerudiano 23 Hrs.
    Domínica 35 - 737 1542
    Barrio Bellavista
    Entrada: $ 3.000
Arriba: dos vistas del Commandant Riviere
Capítulos anteriores:
La guitarra Fender.

La odisea de Calbuco o cómo estar 33 horas sin dormir, parte I y parte II.

Premios Altazor 2002.

Robo Organizado

¿Quién prende la luz?

Ultima canción de Eduardo:
La L5 de 1934
Al centro, la nave escuela Jeanne D'Arc, convertida hoy en porta-helicópteros.

 

EL MAR EN MIS CANCIONES II.


Beethoven me abrió todo un mundo, además de ser la puerta de entrada a toda la música, de ahí en adelante todo para mí tuvo un solo objetivo: ser músico; pero en todo caso no quiero alejarme demasiado del tema del mar y su influencia en mis canciones.

La siguiente confirmación vino cuando ya tenía veinte años, edad en la que ocurrieron dos sucesos muy importantes: El primero sucedió así:

Tocó que en esos años (68 o 69, no me acuerdo bien), vino de visita a Chile el buque escuela de la armada francesa Jeanne D'Arc el cual venía escoltado por dos destructores uno de los cuales llevaba el nombre de Commandant Riviere. Mi bisabuela que se llamaba Marguerite Riviere de Lauzun y aun estaba viva, de vez en cuando comentaba que su padre era un héroe de la marina francesa y que además había sido músico y escritor. La verdad es que nadie le daba mucha bola al asunto y era tratado más bien como un tema anecdótico por el resto de la familia, hasta ese día, en que mi bisabuela recibió una invitación de la embajada para visitar el barco que llevaba el nombre de su padre. Fue una ceremonia muy emotiva en la cual estaba toda la tripulación del barco formada presentando armas, recorrimos todos sus rincones, discursos aquí y allá, y por supuesto la infaltable botella de champagne francés en el escritorio del capitán.

Esta experiencia me dejó un sentimiento de confirmación bastante "removedora", mi tatarabuelo era marino, músico y escritor y la verdad es que el rompecabezas se me comenzó a armar.

Por otra parte ya estábamos planificando un viaje a Europa con Eugenio Guzmán, amigo y músico, quien, una vez que teníamos todo arreglado para viajar en un barco de carga, tuvo que abandonar la empresa a último momento por problemas de estudio, y eso significó que yo viajaría solo. Esto fue en Diciembre de 1969.

Puerto de Valparaíso.

Un día antes de embarcarme y ya con la maleta hecha más mi inseparable guitarra, nos fuimos con Víctor Rivera (tecladista), Fernando López (baterista) y Eugenio Guzmán (bajista) a un departamento de Víctor en Viña y escuchamos hasta muy de madrugada Led Zeppelin II, álbum que recién había llegado a Chile. Al otro día el 31 de Diciembre de 1969, víspera de Año Nuevo, estos tres amigos partieron a dejarme al muelle para abordar el barco. En mi imaginación pensaba que me subiría a un barco muy bonito, por esas típicas escalas que se ven en las películas, pero ahí, en el muelle principal de Valparaíso, la realidad era bien distinta.

Nos mandaron en nuestra desvencijada citrola, llena de hippies, al muelle más lejano que había, lugar en el cual nos encontramos con un barco si bien imponente, bastante oxidado, no había por donde subir y sólo había una gran malla hecha de cuerda que conectaba el muelle con la cubierta y eso significaba que había que escalar por ella unos veinte metros con guitarra y maleta. Después de gritar un rato entre el ruido infernal de las correas transportadoras que cargaban el barco con salitre, apareció un personaje extraño en la cubierta que no hablaba sino que me hacía gestos para que subiera.

Con la ayuda de mis amigos subimos en este ejercicio que más parecía un acto de circo. Por mucho que las cuerdas trenzadas nos sujetaran era mejor no mirar hacia abajo. Después de una emotiva despedida quedé solo frente a un hindú quien en un inglés como el de Peter Sellers en
"La Fiesta Inolvidable", me invitó al castillo de proa para mostrarme mi lugar en el barco.

En un salvavidas que colgaba de alguna parte estaba escrito el nombre del barco: "DONAMIRA", en el que comienza una historia que contaré en el próximo artículo.

Saludos,

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