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MARIO GÁLVEZ 

Sin ceremonias ni actos especiales, el Ministerio de Justicia inició las operaciones del Centro Metropolitano Norte de Tiltil, que alberga a menores infractores de ley.

El recinto, construido en 4,8 hectáreas junto al penal de Punta Peuco, a un costado de la Ruta 5 Norte, tuvo un costo de $10 mil millones, y fue levantado durante la administración de la ex Presidenta Bachelet.

Pero no pudo iniciar su funcionamiento en febrero de 2010, como estaba programado originalmente, debido a que su diseño no cumplía con las exigencias establecidas en la ley de Responsabilidad Penal Adolescente.

Para salvar las falencias -como, por ejemplo, la falta de una unidad de corta estadía para adolescentes con consumo problemático de drogas-, el Ministerio de Justicia tuvo que invertir $1.260 millones adicionales.

Al centro cerrado, de 11.888 m2 de superficie construida, los menores pueden ingresar a cumplir una medida cautelar de internación provisoria mientras dura la investigación por los delitos que son imputados, como también la sanción en régimen cerrado. Actualmente mantiene 79 internos, y se irá poblando en forma gradual, hasta llegar a cubrir 200 vacantes, aunque tiene una capacidad de 300.

Cuenta con siete casas o módulos donde los ocupantes viven en celdas individuales con baño privado. Cada casa es atendida por una asistente social, un psicólogo y varios educadores de trato directo.

Además, posee 10 salas de clases, donde funciona el Colegio Manquehue, dirigido por la profesora María José Vicencio, y cuenta con una planta de 20 docentes y siete directivos docentes. La jornada consiste en ocho cursos, tanto en la mañana como en la tarde. “Los alumnos que tienen clases en la mañana, en la tarde deben asistir a los talleres, y viceversa”, explicó la directora. Se imparten materias de educación básica y media con el fin de nivelar a los internos, quienes en su mayoría tienen escolaridad incompleta.

También existe una biblioteca, 12 salas destinadas a capacitación, enfermería, gimnasio equipado con trotadoras y bicicletas eléctricas, y cancha de futbolito con pasto sintético, entre otras instalaciones.

La ministra Patricia Pérez visitó ayer el centro acompañada del director nacional del Sename, Rolando Melo. Explicó que los primeros menores fueron trasladados en diciembre pasado al lugar, luego que se terminaran las obras.

Actualmente se encuentra en marcha blanca, la que se extenderá durante un año y medio para introducir las mejoras y correcciones que se estimen necesarias, de acuerdo a las experiencias recogidas durante su funcionamiento.

El psiquiatra Juan Andrés Mosca, a cargo del centro de corta estadía, dijo que el 65% de los menores internos presentan patologías mentales y que gracias al diseño del recinto, éstos pueden acceder a un tratamiento oportuno que permita recuperarlos para la sociedad. “Este centro es modelo por la posibilidad de segregación que nos da”, explicó el facultativo, como también por los altos estándares de equipamiento que posee.

 Menores internos protagonizan protesta por supuestos castigos

“¡Queremos que nos saquen de aquí, queremos que nos escuchen!” gritaban tres jóvenes que subieron al techo de un sector del centro. Dos cubrían sus rostros con pañoletas y un tercero con la chaqueta del buzo que vestía. Justo cuando la ministra Pérez y sus acompañantes pasaban por el lugar, golpearon con fuerza, y con un palo, una ventanilla para llamar su atención. Pero la autoridad no se percató de lo que ocurría.

Entonces, los tres jóvenes subieron al techo bajo la mirada atónita de los funcionarios del Sename, que les pedían que bajaran. Uno de los revoltosos gritó a este diario que “queremos que nos saquen del castigo; llevamos más de siete días encerrados aquí”.

Mientras eso ocurría, personal de Gendarmería que custodia los muros se movilizó discretamente con armas antimotines, previendo que la situación se agravara. Pero los mismos funcionarios del Sename persuadieron a los menores de que abandonaran su actitud.