Fuente: Las Últimas Noticias
El tema de la Expo Milán fue la alimentación y el pabellón chileno realizó una exposición que muestra toda la cadena de producción, desde que se planta la semilla hasta que, convertido en comida, llega a la mesa del consumidor.
La primera sala presenta el poema de Raúl Zurita “El amor de Chile” y el visitante recorre el territorio con este poema. Luego pasa a una sala con ocho películas en que se muestran distintas personas que producen alimentos: pescador, agricultor, etnólogo, entre otros. Eso lleva a otra sala audiovisual que muestra cómo el territorio produce estos frutos “es una alegoría gozosa de la producción alimentaria de Chile”, destaca García [Eugenio].
Después viene una sala interactiva en que se juega con cubos táctiles, que muestran datos concretos de la producción alimenticia de Chile. Luego se abandona el recorrido, para pasar por una rampa donde se escuchan los gritos de las ferias chilenas que invitan a comer. Cuando se llega al nivel inferior, hay una gran mesa, 45 metros, que tiene como fin que la gente coma lo que comemos los chilenos.
-¿Qué comemos?
-Llevamos calzones rotos, sopaipillas, sopaipillas pasadas, empanadas, lomito palta mayo, ave palta, chupe de ostiones, costillar con puré picante. Ha sido con un éxito fenomenal.
-¿Qué es lo que más se vende?
-Las empanadas, el pastel de choclo, que ha sido considerado un hito gastronómico de la Expo. También se vende mucho los locos mayo. Todo esto lo servimos en unas pailitas de greda.
-¿Llevaron cocineros?
-El menú fue diseñado por Rodolfo Guzmán, chef del restaurante Boragó. Allá hay un chef ejecutivo Tomás Saldivia, que se encarga de manejar esta operación. También hemos tenido dos cultoras populares, una cocinera aymara, Aurora Cayo, y también llevamos a la señora María Cordero, que es del “Rancho de señora María”, en Chacabuco.
-¿Cómo compite con la gastronomía italiana?
-Porque esto es lo nuestro y hemos tenido un éxito fenomenal. Estamos entre los tres mejores restaurantes de la muestra latino europea y hemos tenido muchas críticas favorables en la prensa italiana por ser gastronomía propia. Es una gastronomía simple, que se basa en la calidad de los productos. La leche asada mata y eso que es como un flan mal hecho.
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