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Manuel Valencia
La encuesta Casen de 2013 evidenció que el déficit de viviendas en la Región Metropolitana está creciendo, pese al desarrollo habitacional que muestra la densificación del centro o la escasez de suelos urbanos por el crecimiento sostenido de la ciudad.
De hecho, si en 2009 llegaba a 213.352 familias, en la última medición esa cifra llegó a 241.326, y superó más de la mitad (52,5%) del déficit habitacional del país, que llega a 459.347 viviendas.
La situación, según el director del Servicio de Vivienda y Urbanización (Serviu) de la Región Metropolitana, Alberto Pizarro, se volvió aún más crítica tras la implementación, por parte del Gobierno anterior, de la modalidad de subsidios habitacionales sin proyecto asociado.
Con ese instrumento, en la región se detectaron más de 19.613 beneficiarios que no lograban aplicar su beneficio, porque no había oferta de viviendas acorde a su capacidad de pago, entre otras razones. De acuerdo a los análisis del Serviu, el 59% de ellos se concentran en La Pintana, Peñalolén, Cerro Navia, Puente Alto, San Bernardo, La Florida, El Bosque y Renca.
Plan participativo
Con este antecedente en mano y para revertir parte del déficit de la clase media -23.856 beneficiarios que no han logrado ejecutar sus subsidios-, el Serviu construirá ocho megabarrios en diversos sectores de la capital que tienen alta demanda habitacional. Este plan maestro participativo contempla la utilización de 80 de las 152 hectáreas de suelo urbano compradas por el servicio el año pasado.
En concreto, en los paños se edificarán, en total, 8.720 viviendas para familias de clase media y vulnerable, en proyectos integrados, con grandes parques urbanos, vialidades. Además, en los terrenos se habilitarán espacios para equipamientos, servicios, comercios y recintos deportivos.
Los ocho megaproyectos, que demandarán una inversión superior a los US$ 216 millones, son El Sauzal (incorpora demanda de Peñalolén), Antumapu (San Ramón y El Bosque), El Mariscal (San Bernardo, San Ramón, El Bosque), Maestranza (Estación Central), San Antonio de Comaico (Colina), Santa Luisa (Quilicura), Plaza Chacabuco (Independencia) y Las Viñitas (Cerro Navia, Lo Prado y Pudahuel).
“Ésta es una herramienta íntegra que abarca varias líneas de acción, entre las que destacan el diseño, la propuesta normativa que toma como base el plan regulador comunal, y una propuesta de gestión, en donde involucras a las comunidades beneficiadas y a las autoridades locales”, explica Pizarro.
El director del Serviu agrega que los planes son participativos porque, junto con los municipios, los vecinos son involucrados en el diseño de los barrios.
“Así, las familias se pueden manifestar en la definición de la conformación urbana de ese territorio, su equipamiento, la vialidad y la tipología de la vivienda”. Además de los futuros habitantes, los megaproyectos incorporan al Ministerio del Deporte en la edificación de multicanchas y a otras entidades del Estado, como Transportes, para la modificación de recorridos del Transantiago y especificaciones en las futuras vialidades que conectarán a estos grandes vecindarios.
Según el cronograma definido por el Serviu, los diálogos participativos con las familias ya comenzaron desde febrero de este año, y se espera tener todos los planes formulados en el primer semestre para trabajar en el detalle en el resto del año.
Calendario de obras
Con todo esto, se iniciará la ejecución de los barrios a mediados de 2016, debido a que algunos requieren ciertas modificaciones en los planes reguladores.
“Nos reunimos en talleres cada 15 días, y vamos viendo con el Serviu lo que las familias nos van proponiendo. Nos sentimos orgullosos de este proyecto donde vamos a vivir. Y como llevamos ocho años ya en el proceso de postular, todo el comité Peñalolén Renace somos como una sola familia. Nos hemos ido haciendo padrinos de nuestros hijos y hemos ido luchando juntos”, cuenta Fabiola Bravo, dirigenta del proyecto El Sauzal, donde se construirán edificios con departamentos para grupos vulnerables y de clase media.
Suelo urbano
En su reciente mensaje, la Presidenta Bachelet anunció que enviará el proyecto de ley que permitirá regular la especulación en terrenos urbanos que elevan sus precios por obras públicas o cambios de uso de suelo. Además, dijo que se establecerán estándares mínimos para las intervenciones en barrios vulnerables o de altos ingresos. Las medidas, incorporadas en la política de suelo que elaboró el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, son las primeras del plan que busca asegurar la provisión de suelo para proyectos integrados.
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