El Mercurio.com – El periódico líder de noticias en Chile.
El Ministerio de Transportes espera licitar a fines de este año la ingeniería de detalle del proyecto de un tren de acercamiento Melipilla-Santiago. Inicialmente se intentó como una obra concesionada, pero será ahora construido con recursos de EFE. Para conseguir el estándar de calidad deseado, se requieren cierres perimetrales, pasos bajo nivel y peatonales, y líneas adicionales en el trayecto, para no interferir con la carga al puerto de San Antonio. Se prevé comprar 22 trenes modernos, con aire acondicionado, que puedan realizar el trayecto en 45 minutos. Si todo resulta como está planeado, las operaciones comenzarían a principios de 2017.
El proyecto es atractivo, pues una característica de las metrópolis de países desarrollados (a lo que Santiago se está acercando) es la existencia de trenes suburbanos para que habitantes de ciudades o pueblos de su periferia tengan acceso diario cómodo y rápido al trabajo en la gran urbe, sin causar congestión. Si se consideran además los proyectos de Metrotrén a Rancagua, y el que se planea para Lampa y Batuco, Santiago comienza a adquirir esta condición de una metrópolis. Y no es la única ciudad con este servicio: Valparaíso ya dispone de Merval, que es de hecho un tren suburbano. También hay un ambicioso proyecto de ferrocarril suburbano entre Concepción y Coronel. Son proyectos de alto costo, pero los beneficios para las grandes ciudades y su entorno son muy valiosos.
El tren a Melipilla tiene varios aspectos interesantes, además de acortar el tiempo de viaje en 45%. Es una alianza entre el Metro y EFE, en la que el primero aporta 110 millones de dólares y la segunda el resto, hasta completar los estimados 590 millones del proyecto. En su primera parte, desde Estación Central hasta la ciudad satélite de Maipú, formaría parte del sistema Metro: usaría la misma tarjeta de pago y tendría un tren cada cuatro minutos. El acceso desde la ciudad satélite y otras localidades de Maipú a Santiago mejoraría sustancialmente, porque la nueva Línea 6 dispondría de una estación adicional que se conectaría con este Metrotrén.
El proyecto tiene un alto costo (los recursos provendrán de fondos aprobados para el Transantiago). En su primera parte, dicho costo es muy razonable, pues el Metro aportaría los 110 millones de dólares ya señalados para conseguir, según estimaciones, unos 20 millones de pasajeros anuales, lo que es menor que la inversión por pasajero anual de otros proyectos de esa empresa. Los otros 480 millones mejorarían la calidad de vida de unos 7 a 8 millones de pasajeros anuales que viajan desde Melipilla y otras localidades más allá de la Ciudad Satélite, lo que representa un alto costo por pasajero. Pese a ello, en su conjunto está en consonancia con los costos de inversión por pasajero de los proyectos de una nueva línea del Metro (lo que podría ser un criterio para evaluar si el proyecto es o no un “elefante blanco”.)
Quienes critican el actual modelo de desarrollo deberían notar que el crecimiento económico derivado de él es lo que permite disponer de recursos para semejantes obras, que mejoran la calidad de vida de millones de ciudadanos.
Últimos Comentarios