Una realidad que dejó al descubierto la pandemia fue el giro que debieron tomar algunos colegios al priorizar la entrega diaria de alimentos, ser agente de contención emocional para los alumnos y sus familias e ir en búsqueda del 40% que no accedía a la educación por falta de internet.
Cuando el año 2019 la Fundación Humaniza se gana el proyecto FNDR del 6% Seguridad Ciudadana del Gobierno Regional Metropolitano de Santiago: Panadería Terapéutica Fase VII: Una Forma de Disminuir la Deserción Escolar, justamente ese era el desafío principal evitar la deserción escolar de los alumnos de primero medio del Colegio Polivalente Esmeralda de la Corporación de Educación de Colina.
La realidad con la que deben lidiar los alumnos pertenecientes a este tipo de colegios es bien distinta al resto. “No solo deben hacerle frente el estigma social que recae en ellos. Ahora deben ser lo suficientemente fuertes y valientes para asistir a clases en un contexto tan complicado como en pandemia”, explica Marcia Tabak, Directora de la fundación.
Si antes del covid-19 la problemática psicosocial era la hiperactividad, problemas serios de conducta, ausencia reiterada a clases, provenir de hogares disfuncionales (con algún progenitor internado en un centro de reclusión) y con la facilidad de caer en el consumo de drogas; las clases por zoom se convirtieron en una compañía y contención emocional al interior del hogar.
Vulnerabilidad por zoom
El año 2020 el Colegio Esmeralda tuvo clases regulares las dos primeras semanas de marzo y luego el silencio absoluto inundó las aulas por más de un año. “El desafío de entregar aprendizaje giró por entregar alimentos y contención emocional”, explica Berta Álvarez, Directora de dicho establecimiento.
Con el confinamiento, el profesorado no solo debió organizar las clases por zoom, sino también las denominadas duplas psicosociales. Entre algunas de sus funciones entregar diariamente las cajas de alimentos (almuerzos JUNAEB), guías de estudio para aquel 40% que le es imposible conectarse a internet e ir al rescate de aquellos que aún teniendo computador en su casa presentaba claros signos de deserción escolar.
Ahora no falto “nica”
La ejecución de los proyectos del del FNDR 6% Seguridad Ciudadana, 2019, relativos a la implementación de talleres al interior de los colegios quedaron congelados debido al paso del covid-19. La alternativa del zoom en estos casos no era factible.
En la actualidad, el retorno paulatino ha gatillado una ola de alumnos ansiosos por volver a su colegio y a clases.
Este cambio de mentalidad lo percibe la directora de la Fundación Humaniza, quien señala orgullosa nunca haber visto el grado de compromiso que hoy se vive y se disfruta en la realización de cada taller. Gracias a los Fondos del Gobierno Regional, es que alumnos de los primeros medios pueden asistir al taller presencial de Panadería y Pastelería Fase VII dos días. Sin él estarían confinados en su hogar la semana completa.
“No me gustaba ir al colegio… me levantaba y salía de mi casa, pero en otra dirección. Ahora entendí que asistir es un privilegio que la pandemia nos robó. ¡Ahora no falto nica!”, señala una entusiasta alumna del taller.
Los alumnos han madurado, llegan temprano a clases y asisten regularmente. Con la aplicación de los protocolos sanitarios aprenden respeto y autocuidado. Valores positivos que trajo la pandemia. “Piensan en su futuro, de hecho es primera vez que casi el 100% del alumnado de cuarto medio se inscribe para dar la Prueba de Transición”, enfatiza la Directora del Liceo Esmeralda.
Isabel Valenzuela, Alcaldesa de Colina, explica que los talleres no solo ha mejorado las competencias laborales de nuestros estudiantes técnico profesionales, sino que además, ha contribuido a mejorar su autoestima y capacidad para salir adelante con sus proyectos de vida.
La inauguración de los Talleres se realizará en el Colegio Polivalente Esmeralda oportunidad en que los alumnos exhibirán degustaciones de los aprendido (panes, pasteles típicos chilenos y otras sorpresas) este jueves 9 de septiembre a partir de las 11 am en presencia de las autoridades Municipales, de la Corporación de Colina, Gobierno Regional y el Consejo Regional Metropolitano (CORE).
El desafío para el 2022 en palabras de Marcia Tabak, es rescatar estos valores aprendidos en el confinamiento: compañerismo, empatía, compromiso y autocuidado para seguir entregándolos gracias a los FNDR del 6%.
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