Informe indica que antes de 2060, el cambio de las precipitaciones, dejará menos lluvias en la zona central, con especial impacto en los cultivos de trigo, que en el peor de los escenarios podría reducir en 52% su producción.
Autor: Cecilia Yáñez
El clima está cambiando en todo el mundo y una buena prueba de ello son los cambios en el patrón de precipitaciones que han tenido las lluvias en los últimos 30 años.
Investigadores del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, realizaron una serie de simulaciones usando todos los escenarios disponibles, incluyendo altos y bajos índices de emisión de gases de efecto invernadero –planteados por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC)- para determinar el momento en que estos cambios en las precipitaciones sobrepasarían sus variaciones naturales.
Fue así como concluyeron que antes del 2060, algunos países de Sudamérica, como Ecuador, Uruguay y Argentina tendrían un aumento de lluvias. Sin embargo, la zona central de Chile, enfrentará una sequía que según el estudio realizado por Maisa Rojas y Fabrice Lambert de CR2, impactaría, especialmente, los campos de trigo. En el escenario más adverso de emisiones, un 52% de los cultivos se verían afectados, lo que implica más de 690 millones de toneladas de este alimento, señala la investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Scienes (PNAS), de Estados Unidos.
Rojas, autora principal del estudio y académica del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile, explicó que la diferencia entre nuestro país y los otros del cono sur se debe a que “Chile es parte de una zona de clima subtropical, al igual que Sudáfrica, Australia y el Mediterráneo, y todas estas zonas muestran una disminución en las precipitaciones”.
La investigación señala que pese a que se adopten las medidas para alcanzar los escenarios menos dañinos, de todas maneras habrá impactos sobre la agricultura por lo que la adaptación es crucial. “Para enfrentar esta baja en las precipitaciones, una de las opciones es cultivar plantas que utilicen menos agua y que sean más resistentes a la sequía o, también, mover los campos hacia el sur”, dice Fabrice Lambert, académico del Departamento de Geografía UC y miembro de CR2.
Los investigadores plantean que, si las emisiones disminuyen para cumplir con el Acuerdo de París, se podría reducir significativamente el impacto. “De cumplir con este acuerdo, la urgencia de adaptarnos a estos cambios será mucho menor. Por tanto, esta investigación es un llamado a reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero”, concluyó Maisa Rojas.
Últimos Comentarios