Manuel Valencia
Cinco años deberán esperar los santiaguinos para contar con la autopista Américo Vespucio Oriente, que promete cerrar la circunvalación y mitigar la congestión que entrampa el tránsito entre Peñalolén y Ciudad Empresarial (Huechuraba).
Esto, porque recién en 2022 se estima que se pondrá en marcha el segundo tramo del proyecto (Américo Vespucio Oriente II, o AVO II, comprendido entre Príncipe de Gales y Los Presidentes), luego de que el Ministerio de Obras Públicas postergara por tercera vez la recepción de ofertas técnicas de las empresas interesadas en la concesión.
Si en un inicio ese hito estaba fijado para el 7 de octubre de 2016, con la apertura de sobres económicos el 4 de noviembre, ambos procesos fueron aplazados para enero y febrero de 2017, luego para el 20 de abril y, ahora, fueron programados para el 30 de mayo (ofertas técnicas) y el 30 de julio (sobres económicos).
Estos cambios han generado preocupación entre algunas de las 19 empresas precalificadas para el proceso. En privado, algunas señalaron a “El Mercurio” que, dada la incertidumbre en los plazos, han evaluado no perseverar en la licitación.
Según el jefe de la División de Proyectos de la Coordinación de Concesiones, Rodrigo Urzúa, el sentido de las postergaciones es darles más certezas a los propios consorcios participantes.
“Varias de las empresas precalificadas nos solicitaron más plazo, porque dados los niveles de competencia que presenta esta licitación, con más precalificados de lo habitual, están afinando sus modelos financieros y de costos para presentar la mejor oferta posible y para eso necesitan un plazo adicional. Nos pareció razonable y en la intención de que haya la mejor competencia posible, lo concedimos”, explica Urzúa.
La tercera postergación de plazos se suma a la suspensión del estudio de impacto ambiental ingresado por el consorcio OHL-Sacyr para el primer tramo de la autopista (AVO I, entre Príncipe de Gales y El Salto), resuelta el viernes pasado por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
Además, mediante una circular aclaratoria, el MOP condicionó el inicio de la construcción del segundo tramo (AVO II) a la resolución de calificación ambiental (RCA) de AVO I, algo que no se avizora fácil de resolver, dado que la suspensión obedece a la investigación por eventual cohecho y negociación incompatible que lleva a cabo la fiscalía, pues el proyecto fue revisado por un funcionario del SEA que en 2013 participó en uno de los informes del estudio ambiental.
Urzúa explica que se buscó que “los oferentes de AVO II no se contaminen en términos de riesgo con el avance de AVO I. No tiene sentido construir el túnel si no se tiene claro hacia dónde va a salir”. Añade que se busca dar certeza a las empresas: “Si al momento de iniciar la construcción no está resuelto el tema de AVO I, hay una condición de salida de manera que su oferta no considere ese riesgo”.
El ex coordinador de concesiones Carlos Plass dice que el retraso “se lee como falta de voluntad política para ejecutar un proyecto necesario, con una rentabilidad social alta para dos millones de santiaguinos. Estamos postergando la anhelada conectividad norte y sur del anillo”.
Extinción
La circular señala que el MOP puede extinguir la concesión si transcurridos 30 meses desde el ingreso del estudio ambiental no se obtiene la RCA favorable.
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