Fuente: EyN: Un centenar de emergencias e incidentes aéreos se registraron en el país el año pasado

Manuel Valencia

El Servicio de Salvamento y Extinción de Incendios , de la DGAC, trabaja con 4 vehículos Rosenbauer, con una capacidad de 12.200 litros de agua y 1.500 litros de espumógeno. Este tipo de equipos permite atender los requerimientos de la categoría 9 del aeropuerto de Santiago. Foto: referencial.

“El avión despegó y apenas comenzó a elevarse escuchamos un ruido muy fuerte, que después se transformó en un silencio. Fue como si el piloto hubiese apagado el motor. Ahí nos dicen que un ave había dañado la turbina y al rato empezó a dar vueltas para aterrizar. Puede sonar simple, pero en ese momento yo y los otros pasajeros pensamos lo peor. Había gente muy alterada”, dice el pasajero de un vuelo LAN con destino a Guayaquil, que debió aterrizar debido a una “ingesta de ave” en 2012. Una falencia que ocurrió nuevamente el 21 de agosto pasado con un Sky, en el aeropuerto de Santiago, y que es una de las tantas que obligaron a realizar aterrizajes anticipados.

Este tipo de problemas son los que la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) denomina incidentes, dentro de un informe anual al que tuvo acceso “El Mercurio” a través de la Ley de Transparencia, que detalla todos los problemas operativos que registraron los aviones que operan en Santiago en los últimos cinco años.

Entre los incidentes están las alertas (fase 1), que son problemas técnicos menores, como desperfectos eléctricos o despresurización de una cabina, y amenazas de bomba.

El año pasado se contabilizaron 102 incidentes y hasta septiembre de este año van 62. De todas maneras, si se contrastan las cifras con las operaciones aéreas, su participación es ínfima. Si el año pasado se registraron 328.558 vuelos en Chile, los 102 casos representan el 0,03%.

Emergencias

El documento también detalla las “emergencias” (fase 2) ocurridas. Corresponde a desperfectos que declara el piloto y que plantean algún riesgo para la aeronave y sus pasajeros. “En esa fase 2, de acuerdo al tipo de emergencia, activamos nuevos servicios de apoyo externos”, explica Juan Luis Rodríguez, jefe del aeropuerto de Santiago. Así, “si un piloto dice que tiene fuego en un motor, activamos a bomberos y al SAMU, pero si es un problema técnico y se prevé que es aterrizaje controlado, lo atendemos con los medios propios”.

De estas emergencias, a septiembre ya habido nueve en Chile, mientras que en 2015 se registraron 13 y en 2014 hubo 11.

Entre ellas se relatan en el informe los casos de un avión Latam (ex LAN), el 26 de mayo, por “humo en el sector de la cabina”, en Arturo Merino Benítez. El mismo incidente reportó el piloto de un Sky el 9 de septiembre pasado, en el aeropuerto El Loa, de Calama. También se reportan otros protagonizados por aerolíneas como Qantas, Centurión y Pewen.

La fase 3 corresponde a un accidente propiamente tal, los cuales no han ocurrido este año.

Para Rodrigo Hananías, gerente general de la Asociación Chilena de Líneas Aéreas (Achila), “Chile es un país absolutamente seguro (…). Son imponderables de la aviación y pasan en todos los aeropuertos del mundo y en todos los aviones. Incluso, el de la Presidenta ha habido que suspenderlo por imponderables”.

En Latam señalan que las estadísticas de la DGAC no se condicen con los registros de la compañía, y que puede tratarse de material sin procesamiento.

Su vicepresidente de seguridad, Enrique Rosende, dice que el reporte puede referirse a incidentes en tierra. Sin embargo, en el documento se detallan incidentes meteorológicos, como vientos cruzados, maniobras como aterrizajes u otros asuntos en que se evidencian operaciones aéreas.

Con todo, Rosende subraya que “la industria, en términos generales, ha gestionado de buena manera el riesgo en los últimos años. En los 60 había prácticamente un accidente cada tres días y hoy tenemos a nivel mundial de 12 a 15 anuales”.

En cuanto a las emergencias, dice que la declaración de ese estado “es una de las barreras que tiene el sistema para precisamente obtener prioridad en el aterrizaje. En el caso de Colombia (por el accidente de la aerolínea Lamia, que costó la vida a 71 pasajeros), si el piloto hubiese declarado emergencia habría tenido prioridad para aterrizar, incluso por sobre el otro avión que venía en emergencia y que tenía una filtración de combustible”.

62 incidentes
se han registrado hasta septiembre de 2016 en el país, de acuerdo con el informe de la DGAC.