PAULA NÚÑEZ

Fuente: Casas incrementales: viviendas que crecen al ritmo de las familias jóvenes | PULSO

A diferencia de los departamentos, las casas permiten desarrollar proyectos de mejora y ampliación en el tiempo, lo que significa que tienen potencial de ir evolucionando de la mano de los cambios en la vida de sus propietarios. Con esa idea han surgido varios proyectos inmobiliarios ampliables en Santiago, que incluso entregan planos listos para la modificación de la vivienda.

Algunos ejemplos de este concepto, denominado también como “viviendas incrementales”, se encuentran en sectores como La Dehesa o Piedra Roja. Uno de los proyectos del sector oriente que tomó esta filosofía es el condominio Alto Los Bravos, ubicado en La Dehesa. Según detallan en la constructora Socovesa -responsable de este proyecto-, no se trata de apretar los espacios por tener más recintos, sino de dejar la casa lista para crecer, acompañando la evolución natural de una familia. Estas casas cuentan con más de 140m2 y están pensadas, construidas y diseñadas para llegar hasta los 194m2, en la medida que el cliente lo vaya necesitando.

Adopción. Nicolás Jobet, gerente de desarrollo de Socovesa Santiago señala que “como industria inmobiliaria debemos ser capaces de ‘leer’ las necesidades de habitabilidad de las personas y ofrecerles productos acorde a sus exigencias. Si bien las empresas seguimos vendiendo casas y departamentos, tenemos que ser conscientes de que el tema va mucho más allá que paredes, cemento y un techo. Vendemos un proyecto de vida, un sueño, que debe ir acorde a las expectativas de nuestros consumidores”, dice Jobet.

De acuerdo al ejecutivo, este tipo de proyecto es ideal para familias jóvenes que ven en este tipo de recinto un espacio para la proyección familiar y habitacional, ya que tienen ganas de seguir en el sector. Patricio Schmidt, gerente general de inmobiliaria Big House tiene una opinión similar. Señala que además de familias jóvenes, hoy hay muchos inversionistas que ven en este tipo de casa una alternativa para generar retornos que van entre el 15% y 20%, y de personas mayores. “Uno de los perfiles que está prefiriendo este tipo de construcciones son personas que tienen su vida consolidada, pero que también proyectan espacios cómodos a futuro para poder interactuar con sus nietos. En tanto, los inversionistas son conscientes de que si optan por este tipo de modelo pueden tener una plusvalía superior”, señala Schmidt.

En inmobiliaria Big House también trabajan con el concepto de viviendas ampliables a través de casas que van desde 81m2, como ocurre con el modelo California, que se puede ampliar a los 103 m2. “No se trata de tener espacio para que las casas crezcan, éstas quedan con el área de cálculo e infraestructura eléctrica y sanitaria para que crezcan en el tiempo. Nosotros incluso hablamos de desarrollo inmobiliario porque consideramos toda la gestión. Alguien puede comprar una casa y después de cinco años querer ampliarla y no tendrá que hacer nada. Nos preocupamos de toda la coordinación incluso la municipal”, enfatiza Schmidt, que además ve este concepto como un mercado importante para la segunda vivienda.

El impacto de Aravena. Si bien este tipo de construcciones ha crecido durante el último año, es una tendencia que lleva un tiempo desarrollándose en nuestro país y que alcanzó notoriedad de la mano del arquitecto Alejandro Aravena, quien se convirtió en el primer chileno en obtener un Premio Pritzker. Él es director de Elemental, un do tank centrado en proyectos de interés e impacto social, que ha diseñado viviendas sociales ampliables en lugares como Iquique, Constitución, Yungay y La Pintana.

En el caso de Constitución se trató de un proyecto realizado a solicitud de Forestal Arauco que se tradujo en 484 viviendas incrementales donde la casa inicialmente contemplaba 57 m2, pero que con el paso del tiempo, las familias podían convertir en 85 m2.