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Claudia Ramírez
“Una pelea de gallos grandes”. Así define un actor de la industria de las concesiones la pugna por quedarse con la concesión de Vespucio Oriente entre El Salto-Príncipe de Gales.
En disputa está la concesión más cuantiosa que se ha licitado hasta ahora, estimada por el Ministerio de Obras Públicas en US$ 1.000 millones. Pujan por ella dos grandes consorcios extranjeros que ya presentaron sus ofertas técnicas al MOP y el próximo martes 28 se abrirán las propuestas económicas. Como las ofertas técnicas ya están siendo analizadas, ese día se espera conocer al ganador del proceso.
Se adjudicará la concesión el consorcio que, aprobando los aspectos técnicos, oferte construir la autopista por el monto menor y que a la vez pida menos subsidio al Estado para hacer la obra. Las tarifas que cobrará el privado se fijaron en $54 por kilómetro recorrido en el sector de La Pirámide (donde la inversión que hará el concesionario es menor pues no se contempla hacer un túnel) y $120 por el resto de la autopista. “Puede existir un consorcio que estime que el negocio es tan bueno con los flujos de automóviles proyectados, que no pida subsidio al Estado”, explica un conocedor del proceso.
La autopista a construir es de más de nueve kilómetros, tiene dos calzadas de tres pistas por sentido, y su trazado se emplaza en las comunas de Huechuraba, Recoleta, Vitacura, Las Condes y el límite norte de La Reina (ver mapa).
¿Quiénes son los cuatro “gallos grandes” que se disputarán la concesión? Por un lado, está la española Cintra y el consorcio canadiense Brookfield Asset Management y, por el otro, el conglomerado integrado por las compañías españolas Obrascón Huarte Lain (OHL) y Sacyr.
Las cuatro empresas llevan adelante con total hermetismo la licitación de Vespucio Oriente y consultadas, declinaron referirse al tema.
Cintra, de vuelta con una firma canadiense
Pese a que Cintra se retiró de Chile hace tres años, cuando vendió sus autopistas al grupo colombiano Intervial, siempre ha tenido sus ojos puestos en nuestro país. En la década pasada, fue la concesionaria de la Ruta 5, en particular del tramo Santiago-Talca.
Una razón del esperado retorno es que Enrique Díaz-Rato, el hoy número uno de Cintra, fue gerente general de la compañía en nuestro país y según conocedores, siempre ha querido que la firma regrese. “Creo que hay una mano muy fuerte de Enrique Díaz-Rato en pujar por esta concesión. Él nunca quiso vender sus activos en el país”, dice un ex colaborador.
También es un conocedor de nuestro país Rafael del Pino, número uno de Ferrovial, la matriz de Cintra. “Venía a los directorios en Chile y muchas veces se quedaba acá algunos días”, asegura.
De adjudicarse la concesión, Cintra debería conformar un nuevo equipo en el país y personal conocedor de Chile no le falta. En la industria mencionan al chileno Carlos Ugarte, quien mientras la firma operó en el país encabezó el área financiera y actualmente desde España lidera el área de Desarrollo de Cintra a nivel mundial. Pero, sus ocupaciones en el país hispano impedirían su vuelta a Chile.
Cintra consolida sus resultados en su matriz Ferrovial. A septiembre de 2013, el Ebitda (generación de caja) de la matriz cayó 4,1% y alcanzó 631,6 millones de euros (US$ 854 millones).
Su partner es Brookfield, que arribó a Chile en la década de los ’90 y como accionista de la empresa minera Falconbridge, desarrolló y operó la mina Collahuasi. Hoy es controlador del 100% de Vespucio Norte y del 50% del Túnel San Cristóbal, y participa en la industria energética a través de Transelec, que adquirió en 2006.
La compañía declinó referirse al proceso por Vespucio Oriente, pero indicó: “Estamos interesados en contribuir al desarrollo de la infraestructura pública en Chile y estamos ansiosos de trabajar con el MOP y el gobierno chileno. Brookfield ya es un inversor en autopistas y servicios públicos en Chile y también está interesado en oportunidades, como puertos, carreteras ferroviarias, aeropuertos y los activos relacionados con la energía”.
Arremetida hispana
De la otra vereda, están los socios españoles OHL y Sacyr.
Un actor del sector asegura que un plus para este conglomerado es la trayectoria en Chile y que ambos son conocidos en el área financiera. “Los proyectos de esta envergadura no se hacen con 100% de capital propio, es imposible. Hay un mínimo en caja exigido por las bases de licitación y durante la construcción, el resto se financia con ‘créditos puente’ que otorga la banca y en este proceso es importante el conocimiento que tenga el concesionario de la realidad local”, explica.
OHL Concesiones inició su actividad en Chile en 2002 con la adquisición de una participación mayoritaria en I2000, holding de las autopistas Del Sol y de Los Libertadores. En su área de construcción, OHL está trabajando en la nueva línea 3 del Metro y el Hospital Gustavo Fricke.
Sacyr llegó a Chile en 1996 y participa en concesiones como los accesos a Iquique, Concepción-Cabrero, La Serena-Vallenar, Ovalle-La Serena y el Hospital de Antofagasta. En una reciente entrevista con “El Mercurio” Javier Martínez-Cañavate, gerente general de Sacyr Concesiones Chile, señaló: “Sacyr tiene sus cuentas saneadas, como se puede comprobar en los resultados alcanzados hasta septiembre en los que se obtuvo una ganancia de explotación de US$ 550 millones y por supuesto está al día en todos sus compromisos”.
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