Manuel Valencia
Son probablemente los reductores de velocidad más polémicos de la vía pública. Odiados por algunos automovilistas y requeridos por juntas de vecinos, colegios o jardines infantiles, han sido, incluso, demolidos por detractores y fabricados intuitivamente y sin ninguna norma por quienes reclaman el exceso de velocidad de los vehículos que pasan frente a su casa.
A partir del próximo año, los resaltos -más conocidos por su nombre popular, lomos de toro- serán normados en un código único que homologará su diseño y definirá criterios para su instalación.
“El exceso de velocidad está presente en el 40% de los accidentes de tránsito con resultado de muerte. Para hacer frente a esta realidad estamos actualizando la normativa que regula la instalación de lomos de toro, adecuando su diseño con el objetivo de garantizar que sean una herramienta efectiva en la prevención de accidentes, especialmente en zonas urbanas o pasajes pequeños, con mayor circulación de peatones”, explica el ministro de Transportes, Pedro Pablo Errázuriz.
El nuevo decreto, que modificará la norma promulgada en 1996 (para normar a los resaltos que habían aparecido dos años antes), ya está en toma de razón en Contraloría. Este documento establece que los lomos reducirán su altura de 9 centímetros a 7,5. Además, tendrán un diseño “parabólico”, es decir, con una curva ascendente gradual, una “cima redondeada” y una pendiente suave, de modo de evitar daños en vehículos de carrocería baja.
“Hoy pueden generar congestión en lugar de resolver problemas de seguridad. Los diseños son flexibles y quedan a la discreción de los municipios. Incluso, las mismas empresas subcontratadas para construirlos los diseñan según su propio criterio”, explica el vicepresidente de la Comisión de Transportes de la Asociación Chilena de Municipalidades, Rodrigo Delgado.
Nuevos criterios
Además del cambio de diseño, la norma exigirá que la instalación de los lomos de toro sea justificada. Para ello, los municipios deberán acreditar que el resalto se requiere por una alta cantidad de accidentes asociados al exceso de velocidad, lesionados y muertos derivados de los siniestros viales. Igualmente, se considerarán “necesidades ciudadanas” para su ubicación, como en los recintos educacionales.
La secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (Conaset), María Francisca Yáñez, señala que no basta con la mera instalación de los resaltos. “La infraestructura ayuda a la reducción de los accidentes siempre y cuando esté acompañada de educación vial. Muchas veces los vecinos piden un semáforo porque la esquina es insegura, y después de instalado el semáforo, los accidentes siguen ocurriendo (…). Lo mismo sucede con los resaltos. Se requiere un cambio cultural”, sostiene.
El nuevo decreto obligará a mantener en un catastro todos los lomos de toro del país, para tener claridad de su ubicación y gestionar aquellos que aparezcan espontáneamente y no sean construidos por los municipios.
También serán obligatoriamente señalizados, para evitar los accidentes causados actualmente por los resaltos que aparecen sorpresivamente.
Para el experto en Seguridad Vial de la UC, Pedro Gazmuri, la homologación de los resaltos “es necesaria, pero también es fundamental que el nuevo diseño no desvirtúe su función, que es reducir velocidades. Los resaltos han sido cruciales en salvar vidas, sobre todo porque tenemos una cultura de exceso de velocidad”, señala.
GRADUALIDAD
La norma obligará a modificar los moderadores de velocidad en el mediano plazo
Cambio busca bajar muertes por atropellos
De acuerdo al último informe de atropellos elaborado por Conaset, el año pasado 587 personas murieron atropelladas. La cifra corresponde al 37% de las fatalidades originadas por accidentes de tránsito y conforman la principal causa de muerte por este motivo en el país.
El mismo estudio establece que en los últimos 10 años se han registrado 8.101 muertes por atropellos, dos mil más que las originadas por choques.
Los atropellos -según el análisis- se producen principalmente por imprudencias del peatón, el conductor y la ingesta de alcohol de los transeúntes.
La secretaria ejecutiva de Conaset, María Francisca Yáñez, explica que la norma que mejora el estándar de los resaltos es parte de un paquete de medidas para reducir la velocidad en zonas urbanas, que también contempla ensanchar aceras e instalar “lomillos” o pequeños resaltos.
“Si un peatón es atropellado a 80 km/hr la probabailidad de sobrevivir es prácticamente cero, mientras que a 30 km/hr la probabilidad de muerte es solo 10%”, afirma Yáñez.
vía El Mercurio.com – El periódico líder de noticias en Chile.
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