Para la aviación general chilena todavía es difícil creer la materialización del nuevo aeródromo de Peldehue, en las afueras de Santiago. Después de tres años de construcción, luego de casi una década de planificación y el doble de la inversión inicial requerida por el soterramiento de un cableado de alta tensión en el umbral de la pista, finalmente está al servicio de la comunidad aérea.

Fuente: Peldehue puede impulsar la aviación general, pero necesita mayores atractivos – Aero-Naves.com

Fotografía portada – Ricardo J. Delpiano

Para los operadores aéreos, la incorporación de Peldehue a la red de aeródromos de Chile es muy importante. Primero, porque permite solucionar en parte la falta de infraestructura aeroportuaria que tiene la capital tras el cierre del ex aeropuerto de Los Cerrillos, hace casi dos décadas, y la reducción de capacidad en el aeródromo de Tobalaba -al oriente de la capital-, después de la presión política tras un accidente aéreo. En segundo término, su inauguración abre nuevas oportunidades para el crecimiento de la aviación general.

“Recibimos la apertura de Peldehue con gran entusiasmo y expectativas para el desarrollo de la aviación general. Creemos que será un gran fomento comercial, corporativo y privado”, dice Ferrypilot, empresa dedicada al traslado de aeronave en Chile y en el exterior.

En comparación con otras estaciones aéreas de Chile, Peldehue inicia su funcionamiento con una buena infraestructura y equipamiento. Desde el Estado, resaltan la construcción como el resultado de una revisión de la infraestructura aeroportuaria a nivel nacional.

El aeródromo posee una pista de 1.500 metros de largo y 30 metros de ancho con orientación 14-32, dos calles de rodajes (una paralela a la pista) y una plataforma de aviación general. Cuenta también con una torre de control totalmente equipada con sistemas de comunicaciones, sistemas de ayudas visuales para la navegación, edificio administrativo, meteorología y condiciones de seguridad de estándar internacional.

En cuanto a las ayudas visuales para la navegación, dispone de un indicador de dirección de viento, luces de pista y rodajes, luces de identificación de umbral, faro y una estación meteorológica automática. Para el control de las operaciones, cuenta con un edificio administrativo de 740 m2 para personal de la Dirección General de Aeronáutica (DGAC), con respaldo de una subestación eléctrica con grupo electrógeno, una planta de agua potable y alcantarillado.

Para el subsecretario de Obras Públicas, Cristóbal Leturia, Peldehue cambiará la aviación general en Chile, principalmente atendiendo las necesidades aeronáuticas de toda la Región Metropolitana. “Va a soportar 25 operaciones por hora que va a aliviar a otros aeródromos como Tobalaba que están situados en zonas urbanas lo que nos da mucha holgura para operar”.

Actualmente, el aeródromo está subutilizado dado que todavía se está en una fase de instalación de operadores que pueden utilizarlo como base. Entre estos están algunos clubes aéreos que demandan operaciones en pistas asfaltadas con mayor resistencia de pavimento e iluminadas, al igual que vuelos de instrucción. También algunas empresas con necesidades similares ven oportunidades, especialmente por las posibilidades de crecimiento al estar fuera del radio urbano de la capital y ahora, libre de obstáculos.

“Vemos una oportunidad para insertarse en un aeródromo con grandes expectativas de desarrollo en aviación comercial. Sin duda, Ferrypilot se proyecta con ansias de poder estar en el inicio de un aeródromo con gran futuro. Nos encontramos trabajando para poder estar ahí”, agregan en dicha empresa.
Fotografía – DGAC

Si bien los operadores consideran que Peldehue tiene un futuro prometedor, todavía necesita un mayor empuje para aprovechar de manera óptima la inversión realizada. Uno de los primeros aspectos a mejorar es el acceso vehicular, dado que en la actualidad sólo permite llegar desde el Norte y desde Santiago, obliga recorrer tres kilómetros adicionales para ingresar. Una situación similar para si se busca salir en dirección Norte. La falta de un acceso adecuado resta potencial y complica de manera significativa la utilización del aeródromo para emergencias, como traslados en ambulancia aérea.

Otros puntos importantes es contar con aproximaciones instrumentales para condiciones de baja visibilidad y un funcionamiento las 24 horas del día para disponer de mayor holgura operacional para los distintos requerimientos. A corto plazo no se descarta una ampliación de la plataforma o calles de rodaje.

“Pensando en eventuales operaciones comerciales es necesario contar con un FBO (Operador de Base Fija, por sus siglas en inglés) que preste servicios, contar con aproximaciones instrumentales, el horario de operaciones debería ser 24 horas”, dicen en Ferrypilot. “Los límites horarios son una fuerte crítica en lo que respecta a disponibilidad de aeródromos de Chile. Muy pocos funcionan las 24 horas y eso entorpece la conectividad”.

De acuerdo con las proyecciones del Ministerio de Obras Públicas, en los próximos meses está previsto que al menos un tercio de las operaciones que se realizan en Tobalaba pasen a Peldehue. A mediano-largo plazo el aeródromo, se espera que el nuevo aeródromo sea el de mayor crecimiento de la aviación general de Chile.

Pese al crecimiento de la aviación civil y las proyecciones, desde DGAC descartan una mayor ampliación de la infraestructura. “Por el momento, se mantendría una operación con un largo de pista de 1.500 metros y la situación actual”, dice José Antonio Álvarez, jefe de Aeródromo de Peldehue.