Capilla País es un proyecto que construye capillas de madera en las periferias urbanas, donde las ciudades han crecido pero la Iglesia no ha podido llegar con la misma velocidad.
Fuente: Así fue la construcción de la capilla Nº 100 inspirada en el Papa Francisco
Sebastián Cerda, coordinador de Capilla País de la pastoral de la Universidad Católica de Chile, comentó cómo fue la construcción de la Capilla País Nº 100, hito del cual siente “un orgullo y un placer demasiado grande”, dijo.
Capilla País es un proyecto que construye capillas de madera en las periferias urbanas, donde las ciudades han crecido pero la Iglesia no ha podido llegar con la misma velocidad.
La iniciativa nació en 2014 como una respuesta de los jóvenes universitarios al llamado que hizo el Papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro en 2013 de salir a las periferias de la sociedad.
Este año, Capilla País participó con 240 voluntarios en las zonas de Talagante, Batuco, La Serena, Villa Alegre, Valparaíso, Santa Clara, El Escorial y Coronel, desde el 4 y el 14 de enero.
Los estudiantes llegaron a la comunidad Sagrada Familia de la localidad de Batuco, Santiago, para construir la capilla número 100 del proyecto.
En el lugar ya existía una capilla de unos 40 años de antigüedad. Con el tiempo, su estructura de ladrillos comenzó a agrietarse y hace unos dos años fue declarada “inhabitable” por el riesgo de derrumbe.
Sin lugar para reunirse, la comunidad dejó de celebrar Misas y sumado a la pandemia del COVID-19 tuvieron que ajustarse a la celebración vía online.
Con la situación sanitaria mejorada y de vuelta a la presencialidad, comenzaron a celebrar la Misa en un salón parroquial pegado al sector donde hoy se ubica la nueva capilla.
Sebastián Cerda explicó que “como toda construcción, siempre hay obstáculos, chicos, medianos y grandes, que hay que sortear para poder realizarla”, como la falta de radier pocos días antes de comenzar la obra o bien las termitas que habían en el sector.
“Tuvimos que parar la construcción para impregnar la madera en una solución antitermitas, para así evitar su colapso en un futuro”, precisó Cerda.
“Esta pausa en la construcción generó un retraso en la obra. Pero, como los voluntarios no querían dejar el trabajo a medias, se avanzó a una velocidad increíble, demostrando su destacable compromiso, entrega y alegría que les permitió construir la capilla en 6 días”, afirmó el jefe de Capilla País.
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Que la comunidad pueda retomar la vida espiritual durante este verano “es poder devolverles un poquito la esperanza y alegría a los vecinos de las comunidades”.
“Es una oportunidad increíble para nosotros, nos levantamos tempranito, venimos a construir, pero no es sólo construir una capilla, sino que la capilla al final es un medio para llegar a la gente, de hacer un punto de encuentro para compartir la alegría”, destacó María Teresa Ernst, jefa de zona de Capilla País en Batuco.
Capilla País
Sebastián Cerda expresó que “quizás los fundadores de Capilla País no tenían en mente construir cien capillas en estos años de proyecto, pero poder hacerlo realidad bajo nuestro liderazgo, poder contribuir en la construcción de esta capilla en particular y en diferentes lugares de encuentro en las comunidades a las que visitamos durante estos días, a lo largo de estos años, ha sido un orgullo y un placer demasiado grande”, sostuvo.
Hasta el 2020 han participado 3.500 jóvenes en unas 99 comunidades de Chile, y 50 de ellas fueron “entregadas” al Papa Francisco en enero de 2018 durante su visita al país.
Las capillas actuales se construyen sobre la base del modelo ganador de un concurso interno de la Pontificia Universidad Católica de Chile realizado en septiembre de 2018.
El grupo ganador fue encabezado por el docente de la Escuela de Arquitectura, arquitecto José Di Girolamo, junto a los estudiantes de la facultad de Arquitectura: José Manuel Arteaga Ferrer, Martín Pablo Correa del Valle, Raimundo Salgado Salas, David Ángel Meza Valenzuela y Trinidad Amenábar Moreno.
La edificación cuya base principal es la madera, llama al recogimiento y a la oración y es adaptable a los distintos climas de Chile.
Durante su permanencia en las comunidades los voluntarios construyen y fomentan la oración y el fortalecimiento de la comunidad.
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