Estudio desarrollado por científicos de la UCM muestra además que la flora nativa sería clave para el control de plagas. Por estos días ya comenzarán…
Por estos días ya comenzarán a difundirse las conclusiones de una investigación realizada por el Dr. Víctor Monzón, director del Laboratorio de Ecología de Abejas de la Facultad de Ciencias Básicas de la Universidad Católica del Maule (UCM), en conjunto con la Dra. Luisa Ruz, curadora de la colección de abejas de la Pontifica Universidad Católica de Valparaíso y co-investigadora del proyecto.
En el informe final del trabajo realizado entre los años 2017 y 2018 y que fue financiado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (sector medioambiental) y el Ministerio del Medio Ambiente de Chile, sorprenden dos conclusiones muy importantes, la primera es el rol que tienen las abejas nativas en la polinización de los cultivos agrícolas y lo segundo es el papel que juega la flora nativa en el control biológico.
Este estudio, se realizó en la Región Metropolitana en la zona de Til til, el que presenta una alta biodiversidad y que es utilizado para cultivar el guindo ácido, con el que realizan el tradicional marrasquino.
“Lo interesante es que es uno de los primeros proyectos en Chile que se dedica a valorizar a los polinizadores nativos en agroecosistemas. En esta consultoría, fue relevante el papel que tienen los artrópodos, es decir abejas, moscas, mariposas, coleópteros, en la polinización de un cultivo agrícola específico, como es el guindo ácido. Tras nuestro estudio llegamos a la conclusión de una abeja nativa llamada Corynura cristata, que es uno de los polinizadores más efectivo que tiene este cultivo”, señaló el académico de la UCM y decano de la Facultad de Ciencias Básicas.
Disminuir el uso de pesticidas
Otro aspecto fundamental del trabajo científico realizado por los doctores Monzón y Ruz es la importancia de rodear los cultivos agrícolas de flora nativa o también llamada flora acompañante o de borde, ello, porque “Si el agricultor conserva la vegetación nativa que está alrededor de los cultivos –señaló Monzón-, además de tener polinizadores, sin la necesidad de tener que traer abejas manejadas (abeja de miel), atraería a los controladores biológicos para regular las plagas, lo que además permitiría ahorrarse el uso de químicos”, detalló el especialista.
“En este sentido, los servicios ecosistémicos que nos ofrece gratuitamente la naturaleza, como es la polinización y el control biológico de plagas, están al servicio del hombre y por esto el conservar vegetación acompañante de los agroecosistemas se hace esencial, disminuyendo el uso de pesticidas que dañan el planeta y que afectan directamente a la población que está en contacto con los pesticidas, tal como está comprobado científicamente”, concluyó el académico UCM.
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