Macarena Miranda (48) reconoce que dejó de jugar al tenis porque le saturó, pero también confiesa que fuera de la competencia, lo buscó. Es su mayor pasión y, pese a que no se dedica ciento por ciento a él, la ex tenista nacional que fue top 10 en juniors en la década del ’80, es la directora de todos los torneos profesionales femeninos en Chile. ¿Por qué? Las razones las revela en conversación con AS Chile.

“Son varias cosas que a mi me motivan. Parto por el lado deportivo y social. Son tantas las trabas y el tiempo que consume que si estuvieses por la situación económica hubiese estado muy poco en esto. El tenis femenino siempre me empujó. Crecí en una época donde había un torneo y nadie quería hacerlo. La mujer en esa época era poco considerada. Yo hace 30 años jugué tenis y muchos decían que se rompían los estereotipos de la mujer. Eran muchas barreras que había que romper. A los 13 empecé a viajar sola. Era bastante raro. Uno fue creciendo en esto y a la vez era desarrollarse deportivamente. La mujer siempre estaba en segundo plano. Todos daban un paso hacia atrás”, comenta la directora del ITF Copa Las Condes y el W60 de Chicureo.

Su relación con la organización de torneos comenzó hace 15 años. “Le propuse a Andrés Fazio crear un circuito femenino para visualizar a nuestras tenistas. Me acerqué al Club Providencia y empezamos a crecer. Después de partir con un torneo de 10 mil dólares subimos a 15 mil, después a 25 mil. El año pasado dimos un gran salto con el torneo de 60 mil dólares en Chicureo. El tenis femenino tiene un potencial grande como espectáculo”, agrega.

“¿Por qué hicimos uno de 60 mil? Por el tema deportivo. Cuando lo planifiqué Daniela Seguel estaba 160 del mundo y otras estaban subiendo. El tema deportivo me mueve, pero no hay ningún evento de tenis que no tenga un tema social. Hacemos actividades en los parques, capacitamos profesores, y buscamos sacar el tenis adelante. El torneo es un pretexto para realizar una labor social”, prosigue.

Aquel torneo de la Hacienda de Chicureo fue el impulsor de otros eventos sudamericanos. “Este año se sumaron Colombia y Paraguay, algo que logró coordinar la COSAT. Ha sido fundamental. Todavía nos queda por mejorar”.

“Una se ha caído muchas veces en este proceso, pero esto te tiene que apasionar. El tenis te abre muchas puertas. Hubo muchos años que estuvimos complicados. Hay un riesgo que no es menor porque es mucha plata que cuesta juntarla”, reconoce, y agrega: “El apoyo del IND ha sido fundamental. Queremos hacerlo bien. Es importante desarrollar el deporte femenino”.

La liga escolar femenina

Miranda no solo se dedica a los torneos regidos por la ITF. Sus ideas también apuntan al tenis de menores, sobre todo el escolar. Por eso creó la liga escolar femenina, con el fin de seguir proyectando tenistas en el tiempo.

“Yo me retiré del tenis porque me saturé, pero ahora lo busco. Me gusta muchísimo y tengo un montón de proyectos. En la liga escolar femenina tenemos más de 100 niñas jugando entre los seis y 17 años. Creamos una modalidad de juego en la que busca incentivar a las niñas a jugar. Hemos logrado motivar para que se creen talleres de tenis. Aquí hay un ranking y todo se puede visibilizar”, sentencia.