Fuente: EyN: Tiltil: empresa que hará relleno afirma que tendrá tecnología para detectar fugas

Judith Herrera C.

En una controversia que incluso llegó a ser expuesta ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el proyecto de un relleno de seguridad para residuos industriales en la comuna de Tiltil enfrenta polémicas que van desde un supuesto impacto ambiental hasta la falta de compromiso de las autoridades.

En medio de la disputa está la empresa Ciclo, responsable del llamado Centro Integral de Gestión de Residuos Industriales (CIGRI), de US$ 85 millones, aprobado ambientalmente en diciembre pasado.

La compañía asegura que la iniciativa cumplirá con los estándares necesarios, y que contará con una nueva tecnología para detectar fugas que hasta ahora no ha sido utilizada ni en Chile ni en Latinoamérica.

“Es un relleno de seguridad que tiene como objetivo hacer recuperación y reciclaje de los residuos. Está construido con estándares más altos que un relleno sanitario”, plantea Damian Toric, gerente general de Ciclo.

Se trata de un sistema de impermeabilización basal y drenaje compuesto por un sello de siete capas y un sistema de detección y localización permanente de fugas, que consiste en una malla de sensores que se instalan debajo de las membranas de impermeabilización, para ser controlados y monitoreados las 24 horas del día.

“En caso de ocurrir una fuga, el sistema entregará una alerta e indicará la posición del daño dentro del reservorio. Esto permitirá que los profesionales encargados del proyecto enfrenten la contingencia a tiempo y puedan reparar dicha fuga antes de que traspase la última capa del sistema de impermeabilización”, precisa Eduardo Bone, director de Sensor, empresa que opera el sistema.

Pese a estos argumentos, el alcalde de Tiltil, Nelson Orellana, dice que aún hay motivos para desconfiar: “La empresa dice algo sobre un sistema que aún no está ejecutado, y eso es algo que también ha pasado antes con malos resultados para las zonas donde se instalan”.

Añade que “Tiltil se ha transformado en una zona de sacrificio medioambiental, producto de que no hay otra comuna que esté recibiendo tantos pasivos ambientales”.

El proyecto cubrirá una superficie de 43 hectáreas, con una vida útil de 29 años. Está diseñado para procesar tres millones de metros cúbicos de residuos industriales y se estima que recibirá cerca 45 camiones diarios con este tipo de desechos.

Descontento
Los vecinos han salido a protestar porque hay, al menos, siete focos de contaminación y mal olor en la zona.