Fuente: EyN: Con inteligencia artificial analizan las emociones en letras de canciones chilenas
Alexis Ibarra O.
Los tres artistas más románticos de Chile son Américo, Alberto Plaza y José Alfredo Fuentes, en ese orden. El más optimista es Eduardo Gatti, mientras que el que tiene un tono más negativo en sus letras son Los Bunkers.
Así lo determinó la inteligencia artificial de Watson, un software creado por IBM que ya ha demostrado sus cualidades al enfrentar al hombre en el juego de conocimiento Jeopardy!.
Un equipo de profesionales chilenos de la empresa Cognitiva -una de las cuatro en el mundo autorizadas para usar Watson- se propuso analizar con esta herramienta las letras de 35 mil canciones chilenas de 254 artistas y de un período que comprende entre 1955 a 2015, es decir, seis décadas de música.
Durante un año, el equipo comandado por Jorge Mujica, ingeniero especialista en Inteligencia Artificial, digitalizó las letras. Para ello usaron algunos sitios, pero también hubo mucho trabajo de recopilación en sus propias bibliotecas musicales y vinilos. Las letras que no estaban en línea las transcribía un computador en forma automatizada.
Una vez que Watson fue “alimentado” con toda esa información, se lo entrenó para que entendiera el lenguaje “chileno”, con sus modismos, dichos y frases típicas. El software es tan “inteligente”, dice Mujica, que sabe que una canción habla de amor o es romántica al leer, por ejemplo, “mi mundo se detiene al verla”; no necesariamente tiene que incluir la palabra amor.
Watson demoró menos de 10 minutos en analizar las canciones, lo que le permitió establecer cuáles eran las temáticas en distintas épocas o de qué tratan las letras de un artista en particular, por ejemplo.
Tristes y románticos
El 52% de las letras de las canciones analizadas hablan de amor, pero de ellas el 71% tienen un tono pesimista. “Es un amor sufrido o desamor”, dice Mujica.
Para Daniel Party, musicólogo del Instituto de Música UC, esto se podría extrapolar a las canciones de todo el mundo. “Creo que no es un fenómeno local, los artistas hablan del amor triste porque tiene una carga dramática. El amor feliz no es atractivo para el arte”, dice.
Según Watson, en los últimos 60 años de música en Chile las canciones con una carga negativa han prevalecido sobre aquellas con una mirada más optimista, las que solo se dieron entre 1963 y 1964; 1973 y 1974; en 1984 y en 1987″, dice Mujica.
Guillermo Riffo, director académico del Instituto Profesional Escuela Moderna de Música, explica que la canción popular está plagada de amores que no funcionan, de fracasos, de tristezas. “Hay mucha evocación a la nostalgia”, dice.
A Riffo le hace sentido que el período de 1963 a 1964 haya sido más optimista, ya que coincide con la Nueva Ola. “Había canciones un tanto insípidas como El Esqueleto, la Pera Madura o Puré de Papas.
Entre 1985 y 1991 se produce un boom de las canciones románticas. Según Mujica, esto coincide con los estelares televisivos y el surgimiento de artistas como Myriam Hernández o Luis Jara.
Las letras cuya temática es la rabia se incrementan entre 1985 y 1990. “Es una rabia social”, dice Mujica, intentando una explicación. “Los años 1988 y 1989 son algo extraños: por un lado aumenta la rabia en las letras y por otro lado, la alegría. Es un período de extremos”, dice.
El miedo comenzó a estar presente en las letras desde 1980 y de ahí no ha decaído.
Al analizar por artistas, dos son los que más mencionan a Dios en sus composiciones: Violeta Parra y la banda metalera Criminal.
“Al ir uno por uno se encuentran cosas entretenidas. Por ejemplo, el 36% de las letras de Los Tres tiene que ver con comida, una temática recurrente en Alex Anwandter son el cielo y las estrellas, el 21% de las canciones de Los Huasos Quincheros tienen que ver con caballos y para Gepe el tema más importante es la naturaleza”, concluye Mujica.
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