Fuente: LUN.COM Mobile

Cuatro veces han entrado a robar a la casa de Benjamín de Amesti en Chicureo. La madrugada de ayer fue la última. Pero también la primera en que este ingeniero civil industrial apretó el gatillo para matar a un hombre.

“Benjamín está shockeado. Fue una decisión terrible”, compartió Cristián de Amesti, su hermano, afuera de la Subcomisaría de Carabineros de Chicureo.

Según la declaración estampada por Benjamín, seis delincuentes llegaron pasadas las tres de la madrugada del lunes a su casa, en el sector Santa Cecilia de Chicureo, comuna de Colina. Los maleantes, detalló, rompieron una de las ventanas de la casa y después, tras ingresar, amarraron a sus dos hijas.

Luego robaron todo lo que pudieron y se subieron a un auto para escapar. Pero uno de ellos, tentado con una camioneta Ford F-150 Lariat que figuraba estacionada en la parcela, regresó para robarla.

Fue ahí cuando De Amesti salió de su casa y disparó tres veces su pistola semiautomática -y debidamente inscrita- CZ calibre 9 milímetros. Una de las balas ingresó por el vidrio lateral de la camioneta e impactó en el asaltante. El sujeto, de 16 años, y quien murió al instante, mantenía antecedentes penales.

“Todo fue en defensa personal. Mi hermano tenía a sus dos niñitas en la casa, quienes fueron violentadas, amarradas, de manera que fue muy duro”, explicó su hermano. “Hubo mucha violencia, un asalto muy violento, muy duro, y con un resultado muy doloroso para todos”, agregó.

Benjamín de Amesti, de 51 años, quedó en libertad luego de declarar. ¿Por qué? El abogado y ex fiscal José Villagrán explica que la ley de legítima defensa favorece a la víctima de un robo en lugar habitado. “Pero para que esta se cumpla, como ocurrió en este caso, se necesitan acreditar tres requisitos”.

Y los enumera: “El primero es la agresión ilegítima; aquí estaría completo, ya que varias personas llegaron a la casa y rompieron las ventanas para ingresar”.

“El segundo es la necesidad racional para impedirla; también se cumple, ya que la racionalidad tiene que ver con la forma de defenderse. ¿Es racional que alguien le dispare a un asaltante en su casa en múltiples oportunidades? En este caso es racional dado que la familia estaba en riesgo”.

“Y el tercero es la falta de provocación por parte de quien se defiende; en este caso resulta evidente. Esta persona estaba en casa con su familia y durmiendo, por tanto no estaba provocando a nadie ni a nada”.

El abogado indica que en esta historia también operaría la ley de legítima defensa privilegiada. Esto significa que el padre de familia tendría prioridad, sin importar las lesiones que cause a los delincuentes, pues estaría en su propia casa. “Y en ese tipo de casos se prescinde del requisito de la racionalidad de la ley de la legitima defensa”, aclara.

El abogado y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, Edmundo Von Pottstock, complementa a su colega. “La legítima defensa está vinculada a causar un daño menor, en teoría, por una agresión ilegítima que uno está recibiendo. Pero el daño que se va a causar nunca tiene que ser superior al que, objetivamente, me pueden causar a mí. La legítima defensa privilegiada, en cambio, permite actuar al dueño de casa de una manera bastante agresiva, como ocurrió en Chicureo, frente a una agresión ilegítima”.

El fiscal Javier Arbilduá, de la Fiscalía Centro Norte, quien está a cargo de la investigación, se refirió a la situación legal de De Amesti. “Está en calidad de imputado por un delito de homicidio, pero quedó apercibido, es decir, podría ser citado a declarar sólo si se determina que hay méritos para formalizar una investigación en su contra”.

“Benjamín está shockeado. Fue una decisión terrible”

Cristián de Amesti, hermano