Fuente: El desarrollo orgánico de Chicureo | Columna Digital
El crecimiento residencial hacia la periferia es un fenómeno común de las grandes ciudades. En muchos países, estas zonas suburbanas son conocidas como suburbios o ciudades dormitorio, las que se desarrollan en zonas adyacentes, rurales o semirurales, conformando un nuevo estilo de vida.
Nuestra capital no es ajena a esta tendencia. Desde sus orígenes, el crecimiento de Santiago ha sido hacia afuera o en extensión. Comunas como Providencia, Las Condes, Vitacura o Lo Barnechea, primero fueron barrios de carácter suburbano. Surgieron porque, por un lado, había gente que quería alejarse del centro y por otro, propietarios de grandes terrenos que aprovecharon esa demanda.
Lo mismo sucedió con la zona de Chicureo, que hace más de 20 años acogió los primeros desarrollos inmobiliarios. El fenómeno se inició con el mercado de las parcelas de agrado de 5.000 m2. Pero durante la primera década del nuevo milenio, la zona sufre un cambio profundo, principalmente por desarrollo de proyectos urbanos autosuficientes (ZDUC) y los proyectos urbanos de extensión (AUDP), acompañados de inversiones públicas y privadas que comienzan a realizarse en materia vial.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el 2012 la comuna de Colina contaba con aproximadamente 110.000 habitantes. Las proyecciones de ese año indicaban que para este 2016, esa cantidad aumentaría a 124.000, mientras que para el 2020 se llegaría a alrededor de los 140.000.
La proyección es que en los próximos 20 años, Chicureo se consolide como otros polos que lo precedieron, como fue el caso de San Carlos de Apoquindo, San Damián o La Dehesa, elevando aún más su demanda, plusvalía e inversión en centros comerciales, supermercados, servicios y sobre todo, en nuevas rutas de uso público y concesionadas, respondiendo a la inquietud de los propios residentes de mejorar el desarrollo urbano en el sector, pero sin perder ese carácter de tranquilo polo residencial cerca de Santiago, con el que nació.
Desde nuestra experiencia como una de las ZDUC más recientes y extensas de la zona, observamos de manera positiva que el modelo de crecimiento de Chicureo haya evitado que la oferta se concentre en un sólo sector, distribuyéndose de forma orgánica hacia el norte. En Santa Elena hemos desarrollado una propuesta que potencia el ecourbanismo como pilar fundamental, entendido como el desarrollo urbano sostenible y sustentable, que busca cuidar los elementos paisajísticos propios del entorno y promover una mejor calidad de vida.
El crecimiento residencial de Chicureo es sin duda una gran oportunidad de demostrar que es posible lograr la armonía entre un proyecto de vida urbana con los atributos naturales de la zona donde se emplaza.
Diego Croquevielle
Gerente General de Proyecto Santa Elena
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