Fuente: Diario La Segunda
“Existe una maquinaria para vender caballos robados a mataderos. Son mafia”.
“Esta situación se salió de control. Toda la gente del ambiente de los caballos está nerviosa y desesperada”. Eugenio Eguiguren, polero del club Santa Rita de Pirque y empresario frutícola, está frustrado.
El fin de semana le robaron 10 caballos desde su fundo ubicado en la localidad de Cocalán, en la comuna de Las Cabras, VI Región de O’Higgins. Nueve de los equinos sustraídos eran poleros y uno chileno.
Seis años de trabajo
Eguiguren aclara que el robo de este tipo de caballos no tiene que ver con su condición de poleros.
“No es un tema de raza —sostiene—, puede ser de cualquier tipo. El destino del robo del caballo de polo es la carne, no para que lo compre otro jugador de polo, porque todos los poleros y petiseros reconocen a los caballos robados”.
Agrega que “los caballos de polo son grandes, finos, se puede sacar mucha carne, están bien cuidados, son sanos y están en buena condición atlética. Nadie los va a comprar porque todo el mundo se da cuenta que son robados? sales pillado. Todo se maneja por dato”. “El año pasado perforaron una pared en el campo y me robaron todas las monturas y este viernes me robaron 10 caballos de polo y los hicieron desaparecer de inmediato, para que eso ocurra, así de rápido, estamos hablando de un crimen organizado”.
Eguiguren cuenta que “existe una maquinaria para vender caballos robados a mataderos. Son mafias. En Santiago existen tres mataderos clandestinos que toda la gente conoce? Carabineros también, pero nadie hace nada”.
Los animales robados a Eguiguren tienen un costo de $5 millones cada uno, sin embargo el valor de estos equipos es mayor. “Hay un fuerte trabajo asociado al desarrollo y crianza para alcanzar un alto nivel de juego. Estos caballos tienen seis años de trabajo. No es como que te roban un auto de cinco millones y con otros cinco te compras otro igual”.
“Es un triste final”
El gerente de la Federación Chilena de Polo, Pablo De Vescovi, ha estado cerca de los casos que se han registrado. Reconoce que “toda la comunidad ecuestre está preocupada y, por ahora tomando medidas como “dejar a los caballos con nocheros y encerrados en las pesebreras”. Sostiene que “son caballos preparados para el deporte con mucha pasión y cariño y es una pena que terminen carneados o muertos por ahí y vendidos a un matadero. Es un triste final”.
El directivo revela que este año ya ha habido al menos cinco robos de caballos poleros localidades como Curicó, Melipilla y Colina. De hecho, hace seis meses le sustrajeron 10 ejemplares a José Antonio Rabat, uno de los dueños de la Inmobiliaria Manquehue, los cuales fueron encontrados sueltos en una carretera al verse acorralados por la policía. “El problema es que a veces aparecen los caballos cuando la policía está cerca, pero el delito igualmente queda impune, sin responsables”.
—¿Por qué estos cuatreros se fijan en caballos poleros?
—Lo que pasa es que el robo debe ser rápido y este caballo es manso, se entrega muy fácil, porque ha sido entrenado así. Les facilita la tarea, nada más. Seguramente los tipos llegan con algún fardo de alimento, ellos, al estar sueltos, se acercan tranquilos y se dejan llevar y transportar. Pero no los persiguen de manera especial.
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