Myriam Bustos Verdugo
Un reportaje del programa Contacto de Canal 13 dio a conocer la historia de un niño transgénero que a comienzos de este año dejó de asistir al Colegio Pumahue de Chicureo junto a sus otros hermanos. De acuerdo a los padres del menor, el colegio habría discriminado a su hijo, luego de que los apoderados del alumno pidieran al establecimiento comenzar a tratarlo como niña, además de permitirle usar el vestuario y baño de mujeres. El colegio rechazó la solicitud y propuso mantener el régimen que llevaba el menor. Andrea Correa, rectora del colegio, aclara que no hubo discriminación y que jamás se cerraron las puertas. Además, señala que los padres del establecimiento apoyaron la decisión del colegio y que “los escenarios están cambiando, y nosotros estamos siendo parte de estos cambios sociales y los iremos enfrentando paulatinamente”.
¿Cuándo avisaron los padres la situación del menor?
El 2 de marzo recibimos un llamado telefónico de la mamá, en donde nos explicó que tenían una situación familiar y que querían conversar con los profesores para poder informar que su hijo era transgénero. Se les llamó por teléfono y se le explicó que tenían que ir a una entrevista conmigo, porque indudablemente uno es responsable de escuchar a la familia. Los atendimos ese día, y ellos nos plantearon que existía un diagnóstico y nos entregaron la información. Solicitamos la documentación respectiva, ya que es importante que siempre que uno da un diagnóstico de una determinada situación se pueda contar con los antecedentes que lo respalden.
¿Qué documentos entregó la familia?
Facilitaron un informe psicológico que indicaba que existía este diagnóstico. Luego de eso, un equipo multidisciplinario analizó los antecedentes y se tuvo ciertas consideraciones, por ejemplo, que los niños, el año anterior, lo habían conocido como varón. También se analizó el proyecto educativo y cómo está definido, y ahí se tomó la decisión. A pesar de todo esto, nosotros nunca cerramos las puertas. Como colegio, siempre tuvimos la disposición de apoyar. Pero indudablemente, dentro de la petición que se nos hizo, había algunos aspectos que para nosotros enfrentarlos de un día para otro, de la forma en que se solicitaba, era complejo.
¿Por qué se toma la resolución de rechazar la petición de los padres del alumno?
La tomamos de acuerdo a lo que es la legalidad, porque los colegios siempre tienen que actuar apegados a lo que es la normativa legal vigente, que son las directrices que tomamos como colegio. La decisión se adoptó en función de resguardar a todos los niños. Tenemos que ponernos del lado de los otros compañeros y compañeras. Estos procesos no pueden ser de un día para otro. Hay un trabajo que hay que hacer, hay etapas del desarrollo. A los cinco años, todavía los niños están en un proceso de construcción y formación de su identidad y, por ende, ahí hay un trabajo que uno puede hacer con ellos para acompañarlos en los procesos, pero con ciertos lineamientos.
El Mineduc posee un documento en el que se entregan orientaciones para promover una escuela inclusiva, en el que se señala que es arbitrario discriminar por la identidad de género.
Nosotros no estábamos discriminando. Nunca cerramos las puertas. Simplemente, dejamos claro que había ciertos aspectos del proyecto educativo que para nosotros se debían mantener, que es el uso de los baños, que está definido para varones y para damas, lo mismo el uniforme. Eso no quiere decir que hayamos discriminado y que no hayamos estado dispuestos a trabajar. Nosotros teníamos toda la disposición, pero indudablemente paso a paso.
En ese caso, ¿no habría sido contraproducente seguir tratándolo como niño, cuando en su hogar lo tratan de niña?
Lo que pasa es que también, insisto, hay que pensar en todos los niños. Miremos desde la perspectiva de que sus compañeros estuvieron un año conociéndolo de una manera. Yo también tengo que ser lo suficientemente prudente de ver cómo enfrento desde el otro lado la situación. No olvidemos que acá somos una comunidad, y cuando somos comunidad, todos somos importantes.
¿En algún momento el colegio se abrió a la posibilidad de que pudiera usar el baño de niñas?
Hoy día no existen líneas claras y nosotros tenemos que actuar en función de lo que hay. Si mañana cambia, nosotros nos alinearemos como colegio y es nuestro deber trabajarlo de esa manera. Aquí hay ciertas responsabilidades que van más allá de cómo el colegio lo enfrentó. Hay que hacer las cosas como corresponde. Primero, una legislación, después líneas ministeriales claras y posteriormente los colegios tenemos que trabajar en función de ellos.
¿Cuál fue la reacción del resto de los apoderados cuando se les informó de la situación?
Tuvimos mucho apoyo de los padres. Se hizo una reunión, se citó a los delegados del centro de padres y les explicamos desde la vertiente médica cuáles eran las características, etc. Desde la vía legal, explicamos que era uno de los aspectos que también formaron parte de la decisión que tomamos. En definitiva, nuestras familias apoyaron al 100% la decisión del colegio, porque ellos, en general, sienten que es el proyecto educativo por el que optaron y que nosotros se los ofrecemos con ciertas características.
¿Siente que hoy los colegios tienen que comenzar a prepararse para este tipo de situaciones?
Hay que tener claro varios temas. Creo que los tiempos y los escenarios están cambiando, y nosotros estamos siendo parte de estos cambios sociales y los iremos enfrentando paulatinamente. Existe un camino que recorrer para poder enfrentar estas situaciones. Así como nosotros tenemos que respetar ciertas características, también tenemos que respetar a los padres que tienen ciertas líneas o a quienes les complicaría muchísimo que su hija compartiera baño con alguien que físicamente es varón. Los papás también tienen derecho a ver qué es lo que quieren o cómo quieren educar a sus hijos, y eso es un tema que habrá que ver cómo se va a enfrentar en su minuto, cuáles van a ser los lineamientos. Hay mucho que hacer y abordar todavía.
Si es que se promulgara una ley de identidad de género, ¿qué medidas tomaría la institución?
En el minuto en que la legislación salga, nos reuniremos los equipos de cada uno de los colegios del país y tomaremos los planes de trabajos respectivos de acuerdo a las líneas que existan. Nuestro deber como instituciones educativas es apegarnos a la legislación vigente, porque, en definitiva, son las directrices que se dan e indudablemente nosotros, en su minuto, las tendremos que abordar con la seriedad con la cual abordamos cada una de las temáticas a las que nos vamos enfrentando. Antiguamente, hace 20 años, era impensado que íbamos a tener niñas embarazas. Hoy día hay planes de trabajo y lineamientos de los cuales somos muy respetuosos. Antes no había espacios para niños discapacitados, y hoy los colegios tenemos esos espacios. Así es como los tiempos van cambiando y nosotros nos tenemos que ir adecuando a esos cambios.
¿El llamado es a que las autoridades se hagan cargo de la situación?
Lógico. Ese es el tema, la primera etapa frente a un cambio, y en el minuto que esos cambios vengan, nosotros nos adaptamos y respetamos siempre la legislación vigente. Tengo una cantidad de correos que me llegan de los papás, y ellos sentían que no se les podía imponer algo de un día para otro.
Los padres demandaron al colegio invocando la Ley Zamudio.
Siento que nosotros no discriminamos, actuamos de cuerdo a lo que hoy existe, de acuerdo a la legislación vigente y amparados en nuestro proyecto educativo. Para mí, discriminación es que alguien venga acá, postule y yo le cierre las puertas y no lo deje entrar, que no es el caso.
También se presentó una denuncia ante la Superintendencia de Educación, la que sancionó al colegio con una multa.
Hay dos procesos, uno en la superintendencia y otro que es en los tribunales civiles. Respecto del fallo de la superintendencia, nosotros apelamos durante la semana, ya que no se puede sancionar a un colegio mientras no exista una legislación. Creo que aquí los procesos tienen que ser justos y para que sea así, primero se tiene que hacer cargo quien corresponda y después tendremos que ver si sancionamos a alguien o no. Si no hay políticas o directrices, me parece tremendamente poco justo que se sancione a un establecimiento educacional.
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