Desde el primer trámite constitucional en el senado en 2007, han pasado ocho años en los que la Ley 20.606 sufrió una serie de ajustes que la convirtieron en lo que es hoy, que ha sido promulgada.
Lo importante de esta normativa es que se espera que la industria alimentaria mejore la calidad de sus alimentos procesados, los que actualmente invaden supermercados, almacenes e, incluso, ferias libres.
Se espera que los consumidores sean capaces de distinguir a través de rombos de color negro que ese producto que va adquirir tiene uno o más nutrientes críticos y dañinos para la salud: calorías, grasas saturadas, azúcar y sodio.
Todos estos alimentos no podrán ser promocionados en medios de comunicación masiva ni tampoco ser vendidos en colegios.
La industria tanto nacional como internacional se ha opuesto a esta ley, sin embargo, a los expertos nos parece que aún se le podrían hacer algunos cambios con el fin de mejorarla.
El impacto de esta ley la veremos en unos años más cuando los consumidores sean los niños que están en los colegios y a los que se les ha enseñado en el aula temas relevantes como la Ley 20.606, estilos de vida saludable y alimentos procesados, alimentación saludable y calidad de vida, y cómo ser consumidores sustentables. Esto debido a que otra indicación de la ley es la educación alimentaria en colegios.
Para los que somos los actuales consumidores la invitación es a informarse, si puede escoger solo alimentos que no contengan rombos con indicaciones de exceso en nutrientes críticos. Además, los motivamos que lleven una vida saludable, prefiriendo los alimentos naturales, el consumo de agua y moverse todos los días. Con estos simples, pero necesarios consejos, dejamos atrás el sedentarismo y nos sentiremos más felices, eso sí se los puedo asegurar.
Últimos Comentarios