sábado, 30 de mayo de 2015
Fuente: Economía y Negocios

Muchas familias se trasladaron a Lampa en años recientes, donde el suelo era más barato. Asumieron tiempos de traslado, distancias, costos de bencina, pero no incluyeron un peaje en sus cálculos. Por el contrario, esperaban que el Transantiago creciera reconociendo que su población mayoritaria ya era parte de la ciudad, para no seguir dependiendo de buses rurales o del auto propio.

Es una noticia dura este anuncio de peaje que se asocia a un proyecto de mejoramiento de los primeros 15 kilómetros de la autopista.

Lo que se esperaba era el inicio de las obras de un tren de cercanía que pondría fin a su aislamiento, porque no hay transporte público urbano regular y los buses que existen tardan más de una hora, por la congestión. Por el contrario, el anuncio de peaje en la Ruta 5, a la altura Lo Pinto, los alejó de Santiago. Ante una toma de la carretera, con alcaldesa incluida, el MOP ha respondido que habrá alternativas, caleteras sin peaje, dentro de una serie de mejoras para ese tramo de la autopista. En el fin de semana largo hubo otras manifestaciones, incluso en Tiltil, que logró que el tren de cercanía se expandiera no sólo hasta Batuco, sino hasta ellos, 8 kilómetros más.

¿Tienen derecho a reclamar los vecinos de la zona? Si el límite urbano estuviera claro, sería más fácil la respuesta; el que se va a lo rural debe aceptar que no lleguen los servicios, que los caminos no estén pavimentados, que tiene que resolver sus propios problemas. Que habrá avances, pero sólo en la medida de lo posible. No es como en la ciudad, donde la infraestructura es abiertamente exigible.

Pero aquí hay algo confuso para el público. Nadie sabe muy bien dónde está ubicado: ¿pertenece Lampa al área metropolitana? ¿Está o no en el Gran Santiago? ¿Es parte de la ciudad de Santiago? ¿Es urbe o suburbio? Si es zona rural, ¿los vecinos pueden reclamar por el peaje? No lo tienen claro.

¿Son o no son santiaguinos? Tenemos 26 comunas urbanas, claramente, pero hay 11 en situación dudosa, en parte rurales.

Colina, Batuco y Lampa quedaron dentro del “Santiago Metropolitano” el año 2009, cuando el Ministerio de Vivienda y Urbanismo reconoció la expansión. Pero oficialmente no integran la ciudad, no son parte de las 37 comunas, no están en el “Gran Santiago”, aunque con sus 80 mil habitantes, es la comuna de más alto crecimiento, según el Censo 2012; son sus crecientes cascos urbanos los que se integraron.

La esperanza a mediano plazo está puesta en los anuncios del sistema “tren de cercanía”, de una red que beneficiaría a Quilicura, Lampa, Batuco, Tiltil…

El núcleo del problema no es de transportes, es de ordenamiento territorial. Los peajes muy cercanos a las ciudades siempre son una piedra de tope si no se sabe dónde, exactamente, termina lo urbano -con derecho a reclamo- y dónde empieza lo rural.