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El destino de los ferrocarriles chilenos ya está enrielado: un ambicioso proyecto de US$ 1.111 millones busca posicionar al tren en el estatus que tuvo hace al menos cuatro décadas, cuando protagonizaba la escena del transporte nacional. El objetivo no es antojadizo y responde al ambicioso plan trienal de obras 2014-2016 que afina la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) para elevar en 140% sus pasajeros (de 40,7 millones anuales actuales a 98 millones en 2020) y duplicar la carga transportada de las 10,4 millones de toneladas de hoy a 22,2 millones a fines de la década.

El documento, al que accedió “El Mercurio”, se tramita aún en la Contraloría.

Para cumplir el propósito la iniciativa fija 10 proyectos clave, que consideran obras, modelos de gestión y nuevos servicios de pasajeros. En Santiago se confirma la materialización del tren de cercanía entre la capital y Malloco, por US$ 471,5 millones. El servicio incluirá un tramo de metrotrén entre Alameda y Ciudad Satélite que se pagará con tarjeta bip y tendrá frecuencias de un tren cada cuatro minutos en hora punta. Hasta Malloco la tarifa no será integrada al Transantiago.

El tren Santiago-Batuco también operará con una modalidad de metro hasta el sector de Las Industrias (camino a Lampa), con trenes cada seis minutos y uno de cercanías hasta Batuco, con un convoy cada 24. A estos nuevos servicios ferroviarios se suma el Rancagua Express que, a partir del próximo año, conectará la Alameda y la capital de O’Higgins. Según el informe, ese servicio tiene un aumento de costos por la construcción de desvíos, una planta eléctrica, un nuevo perfil para pasos bajo nivel y vehiculares y las estaciones. También se añadirá una nueva estación en Cinco Pinos (San Bernardo).

Trabajos en regiones

En regiones también se contemplan obras: En Concepción se habilitará un nuevo acceso norte de 70 kilómetros por US$ 394 millones que permitirá extender el tren que va desde Santiago a Chillán hasta la capital del Biobío. En esa vía los trenes podrán circular a 220 km/h.

También en la VIII Región se contempla un nuevo puente sobre el río Biobío entre Concepción y San Pedro (por US$ 120 millones), una nueva flota para el servicio Corto Laja que cambiará los trenes eléctricos por otros a diésel, por más de US$ 21 millones.

En Valparaíso se considera un impulso al metrotrén local (Merval), con la compra de ocho nuevos convoyes para reducir la frecuencia a un servicio cada tres minutos. También se revisarán cuatro de los 27 trenes que circulan en el servicio porque al 2016 habrán completado 1,2 millones de kilómetros recorridos.

En esta filial, EFE apunta a mejorar las estaciones (por ejemplo, los cruces peatonales de las estaciones Barón, Francia y Bellavista y el cruce Portales) y estudiar la extensión del servicio a Reñaca o Quillota.

El plan además considera el cambio de los carros del tradicional buscarril Talca-Constitución por nuevas máquinas.

El experto en transporte ferroviario, Enrique Cabrera, opina que el trabajo “es el adecuado en un horizonte de tres años, porque combina las capacidades técnicas con los recursos disponibles. Los acentos están bien puestos en los servicios suburbanos, la conectividad y la modernización de trazados de una línea que data de 1800. Llegar a esos 98 millones de pasajeros anuales es un imperativo del país por los beneficios sociales que genera la operación ferroviaria”.

Además de estos proyectos, en EFE también se analizan proyectos de trenes suburbanos en Puerto Montt con Llanquihue y Osorno.

Para duplicar la carga de los 10,4 millones de toneladas anuales y alcanzar 22,2 millones al 2020, se busca construir un bypass ferroviario de 50 kilómetros (US$ 56 millones costará la faja vía de la idea), para que los flujos de la Región de Valparaíso no deban pasar necesariamente por la Alameda. Además, habrá otros desvíos, puentes, señalizaciones y vías nuevas en la red norte, Barranca (San Antonio), Alameda-San Rosendo y la red sur. En total se invertirán US$ 318 millones en este ítem.

24
puentes de los más de 400 ferroviarios que hay en el país serán mejorados en el plan de obras hasta 2016.

15
cruces entre Rancagua y Chillán serán desnivelados. Además se instalarán protecciones automáticas en 100 cruces.

US$ 1.111 millones
totaliza la inversión del plan, entre 2014 y 2016. Se financia con aportes fiscales, el subsidio espejo del Transantiago (US$ 284 millones), deudas y retornos por bono de carbono.