por Valentina Ríos
El primer acercamiento de Germán Correa a la cartera ministerial de Transportes fue en 1990, cuando aceptó el cargo de secretario de Estado, en el gobierno de Patricio Aylwin. Luego, fue coordinador general del naciente Plan de Transporte Urbano de Santiago, hoy conocido como Transantiago.
Esta semana, por decisión de la Presidenta Michelle Bachelet, el sociólogo asumió como presidente de la Comisión Asesora de Promovilidad Urbana, que tiene como objetivo proponer un plan a corto, mediano y largo plazo de medidas tendientes a mitigar el problema de la congestión vehicular en las principales ciudades del país.
¿Cómo se va a trabajar en las regiones?
Si tú recorres Chile, en todas las ciudades hay ciertos niveles de congestión, porque al país le ha ido bien económicamente, ha estado creciendo y eso significa que ha habido un cambio social muy importante. Pero cada persona en su región siente que el problema es gravísimo, aunque ese nivel no sea el mismo que en Santiago u otras ciudades. Todas son importantes y es importante que trabajemos con la misma visión en regiones.
Al reunirse los integrantes de la comisión, ¿buscarán experiencias fuera de la capital?
Estamos trabajando en una propuesta para la comisión y queremos que sea un consejo participante, con temas específicos, y cada uno de sus miembros tiene mucho que decir sobre cómo enfrentar la tarea. Pero también vamos a recoger opiniones en regiones, en mesas de trabajo, nos gustaría que miembros de esa comisión también puedan participar en regiones, porque la experiencia es diferente.
¿Es un desafío complejo solucionar uno de los principales problemas en materia de transportes?
Es un desafío complejo, sin duda. Pero creo que el desafío más importante es lo que venga después. Va a ser una tarea bastante ardua el recoger proposiciones y estudiar medidas aplicadas en distintos países del mundo, porque no necesariamente van a resultar igual en Chile, los contextos son diferentes y las personas son distintas y eso tiene un gran impacto en el desempeño de las medidas una vez aplicadas.
Con las medidas a implementar, ¿podría ocurrir algo similar a lo del Transantiago?
Es algo muy distinto, porque a nosotros, como comisión, no nos va a tocar implementar nada. Lo que sí nos va a tocar es hacer una propuesta que tiene que ser lo más aterrizada y realista posible para que sea realizable y cuente con ese plan y sus alcances. Pero como todo plan, va a tener un componente muy fuerte, que no sólo se hace en un proceso de participación de distintos sectores, sino también tiene que considerar un contingente de medidas muy importante, porque sin el cambio en las conductas de las personas no va a resultar.
¿Y cómo se van a unir todas las perspectivas?
Aquí cada uno tiene un interés particular que tenemos que llevar a un nivel de razonamiento diferente. Revisar la conducta como ciclista, automovilista, peatón, usuario de transporte público. Se trata de revisar cuál va a ser mi aporte para mitigar este problema. Hay un verbo que yo nunca voy a usar: solucionar. Porque, estrictamente, este problema no tiene solución, tiene mitigaciones, es decir, reducción del problema, porque se trata de que la ciudad sea más tolerable para todos.
La capacidad de las vías y el crecimiento del parque automotor son las razones de los tacos. ¿Es un problema de infraestructura?
No hay ningún país en el mundo que pueda mantener un ritmo de inversión en infraestructura vial equivalente al ritmo de crecimiento del parque automotriz, no hay. No se puede transformar una ciudad en sólo autopistas o medios para moverse. No sacas nada con invertir millones y millones en vialidad urbana, porque lo único que hace es invitar a que se use el vehículo privado, que es una contradicción total a tener ciudades más vivibles.
Entonces la solución no va en más infraestructura…
La solución no pasa por tener más infraestructura, eso puede agravar el problema. Recuerdo cuando nos tocó inaugurar el Nudo Quilicura, que iba a descongestionar, era un aporte, y el mismo día que lo inauguramos se atochó, congestión total. En el día, esa infraestructura quedó caduca. Entonces, lo que me hizo sentido, si tú le pones más infraestructura, vas creando más adhesión de las personas a usar irrestrictamente el automóvil. Al final, es vital que las personas asuman una perspectiva distinta de vivir en ciudades que son cada vez más complejas.
La comisión tiene seis meses para elaborar las propuestas a nivel nacional. ¿Es suficiente tiempo?
Creo que el tiempo da para una propuesta de plan. Si me hubieran dicho que la comisión tiene que avanzar para que se empiecen a ver los efectos de las medidas, eso es otro tema. Los tiempos están justos, no sobran, y no voy a decir que faltan, porque yo le dije al ministro: ‘El producto que te voy a tener es para lo que da el tiempo y los recursos que le están poniendo a esto. No me pidan un plan espectacular, fantástico, con medidas estudiadas hasta último detalle’.
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