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La cárcel de Punta Peuco, tras la clausura del penal Cordillera en septiembre de 2013, alberga a 61 condenados por violaciones a los derechos humanos -entre los cuales se encuentran el ex jefe de la Dina, general (r) de Ejército Manuel Contreras, y el brigadier Pedro Espinoza, quien integró el mismo organismo-, aunque su capacidad es para 47 internos.

Dentro del sistema carcelario, que a nivel nacional tiene una sobrepoblación que bordea el 60%, la situación del recinto de Tiltil no es deplorable, pero sí se considera que aún hay más de mil causas vigentes sobre esta materia, que podrían arrojar nuevos condenados.

Nuevos habitantes

Una de ellas es la investigación de la llamada “Operación Colombo”, en la cual en primera instancia fueron sentenciados a presidio 75 ex agentes de la Dina y hoy se está a la espera de la revisión definitiva de la Corte Suprema. Por ello, es clave aumentar las plazas disponibles.

Gendarmería decidió ampliar la capacidad de la cárcel a través de containers que serán habilitados como celdas, que generarán otras 40 plazas. El jefe regional del servicio, Carlos Muñoz, dijo que “estamos trabajando en la habilitación de habitáculos para prepararnos en el caso de que tengamos más ingresos, es un escenario que ha estudiado la institución y sabemos que, en un futuro cercano, requeriremos de una cantidad mayor de cupos”.

Cómo se vive hoy allí

Actualmente, los internos de la cárcel de Punta Peuco habitan cuatro módulos. El desencierro es a las 8:30 horas y tienen una jornada que concluye cerca de las 21:30 horas. Cada sección cuenta con celdas -con cama, casilleros y lavamanos-, una sala de estar, un patio pequeño, cocina equipada y duchas.

El módulo 1 tiene cupo para 16 reos y hay 19; el 2 para 15 y hay 24, el 3 para 8 y opera con esa cantidad, y el 4 para 8 también, pero hay 10. El coronel Muñoz afirmó que “la población está controlada, en ningún caso se podría decir que tenemos un problema de hacinamiento, los internos viven en condiciones buenas, dignas”.

Actualmente, los contenedores son utilizados como biblioteca, enfermería, archivo, bodega y sala kinesiológica. No obstante, con la remodelación, diez de los doce serán habitaciones y los otros dos, comedores.

Los habitáculos, según los planes del servicio, contemplan el mismo equipamiento que las celdas ya ocupadas. Los trabajos están altamente avanzados y se está implementando el sistema de gas para la cocina.

El coronel Muñoz explicó que “están divididos en dos sectores, oriente y poniente: seis en cada uno. Se están refaccionando pues, como decía, se tiene que dar dignidad a los internos”.

En caso de que las 40 plazas fueran insuficientes, el servicio ocuparía el mismo modelo para continuar ampliando el penal. Existe un terreno lindante que está desocupado, en el cual se instalarían más containers .

“La posibilidad más cierta que tenemos es la habilitación de containers más que edificar una estructura sólida”, expuso el jefe regional de Gendarmería, al justificar la ejecución de este plan de ampliación de plazas.

FALLOS
Las causas pendientes en materia de derechos humanos podrían aumentar los internos del penal.

La génesis del polémico centro

El Decreto 580 del 14 de junio de 1995 creó el recinto penal, bajo el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, para que allí cumplieran su condena los implicados en la muerte de Orlando Letelier, ex canciller del Presidente Salvador Allende.

En septiembre del año pasado, nueve condenados que estaban recluidos en el penal Cordillera fueron trasladados hasta el penal de Tiltil, luego que el Presidente Piñera cerrara el recinto de Peñalolén.