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A fines de octubre terminarán, definitivamente, los agobiantes tacos que por más de un año y medio han venido sufriendo los más de 19 mil usuarios que a diario utilizan los cinco kilómetros de la conocida cuesta Las Chilcas, en la Ruta 5 Norte.

Cada viernes en la noche, la congestión derivada de los trabajos de mejoramiento que se realizan en el sector obligan a esperar entre media hora y hasta una hora y media a la altura del kilómetro 74, donde comienzan las faenas para ampliar a tres pistas la calzada con dirección a Santiago, dejando dos carriles hacia el norte y una barrera de protección entre ambas calzadas.

A un costo de US$ 65 millones la concesionaria Globalvia, y bajo la dirección del gerente de construcción José Enrique Mezquita Gallego, las curvas de la cuesta se habrán suavizado y el tráfico de camiones será más seguro. Buses y vehículos pesados podrán usar la tercera pista hacia el sur, dejando las otras dos a los automovilistas.

A la fecha los arreglos llevan casi 50% de avance. Una vez concluidos, se habrán removido 325 mil metros cúbicos de roca para disminuir la peligrosa pendiente. Esto corregirá el accidentado relieve de la cuesta, pero manteniendo el entorno natural de gigantescas rocas -entre ellas la más impresionante, conocida como “Pata del Diablo”- que parecieran colgar en las laderas de los cerros.

Los usuarios ya pueden apreciar los pilotes que soportan los cimientos del viaducto que se instala entre los kilómetros 75 y 76, donde se construye la nueva calzada poniente y su tercera pista lenta para vehículos pesados. Los 24 pilotes de dos metros de diámetro, los mas grandes usados hasta ahora en una obra vial de esta magnitud, se enterraron o empotraron en la roca hasta los 17 metros de profundidad, con un sistema de excavación similar al usado en el rescate de los 33 mineros.

En la construcción y relleno del terraplén de la cuesta, con cuatro mil metros cuadrados de muros y tierra reforzada para ensanchar la vía a 25 metros, los más de 350 trabajadores de empresas contratistas en sus 115 máquinas y camiones habrán usado 375 mil metros {+3} de material; 4.800 metros {+3} de hormigón y 740 mil kilos de acero.

“Es, sin lugar a dudas, una de las obras más grandes que estamos haciendo en esta cuesta, la que tendrá además una gran bóveda de 12 metros de ancho y cuatro metros de altura por donde se encajonará el estero Los Loros, bajo la ruta”, explica José Mezquita.

El gerente de construcción asegura que los veraneantes que usen la Ruta 5 Norte el próximo año circularán en una autopista con curvas más suaves y altos estándares de seguridad.

Y resalta las facilidades de acceso con que contarán los habitantes del sector Meiggs (en el km 74), donde ya se pueden apreciar los avances del bypass que permite el retorno a Santiago y el paso inferior a dicha localidad. Allí habrá puestos de venta y una zona de descanso.

Cinco

km mide el tramo en que se está trabajando. La geografía del sector y la obligación de dar continuidad al tránsito son los principales desafíos.

325 mil

m3 de roca serán removidos en las faenas. La cifra supera en 62% a los escombros que el Ejército retiró en las regiones más afectadas por el 27-F.

350

metros de altitud es la diferencia que existe entre la zona más alta y la más baja de la cuesta Las Chilcas. A diario circulan 19 mil vehículos.