por Carla Vásquez
Más de 1.800 vuelos que al mes se realizan entre Santiago y el norte del país tendrán mejoras en sus tiempos de viaje, luego que a partir de marzo del próximo año la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) implementará nuevas rutas aéreas que permitirán vuelos más directos, menos tiempos de viaje y ahorros de combustible.
Así, por ejemplo, quien se traslade entre la capital e Iquique tendrá, en promedio, un ahorro de tiempo de ocho minutos; mientras, quienes vayan a Antofagasta, el destino más requerido por los pasajeros, el vuelo durará tres minutos menos.
En total, según la DGAC y en base a las estadísticas de marzo de 2013, sumando los vuelos que Lan, Sky y Pal realizan en un mes, se ganarán cerca de 116 horas de tiempo, lo que implica un ahorro de 293 toneladas de combustible y, lo que es aún más importante, 926 toneladas de CO2 menos en la atmósfera.
Cómo funcionan
Actualmente, cuando un avión se traslada desde un punto a otro lo hace a través de corredores establecidos entre dos ayudas terrestres que emiten señales (VOR), similares a las que transmiten las radioemisoras y que son captadas por el equipamiento a bordo y que les facilitan navegar, explica Mauricio Blanco de la DGAC.
Detalla que las rutas actuales no son directas porque la aeronave va desde una a otra, dependiendo de la instalación de los VOR, por lo que algunos recorridos pueden ser bastante zigzagueantes. Estos planes de vuelo, que son autorizados y controlados por el servicio de Control de Tránsito Aéreo de la DGAC, podrán ser modificados debido al avance de la tecnología, dice Blanco, ya que ahora “los aviones pueden utilizar navegaciones autónomas basadas en satélites”, por lo mismo “reinventamos todo esto, usando rutas que son bastantes más directas entre uno y otro lado”, agrega.
Estas no reemplazarán inmediatamente las rutas actuales, explica Blanco, ya que son los pilotos quienes deberán ir solicitándolas hasta que las aerovías, que ya tienen unos 15 años, vayan quedando atrás.
Dentro de los beneficios esperados para esta nueva red de rutas, está la reducción de carga de trabajo de los controladores y pilotos, producto de la disminución de instrucciones de control y, por ende, menos comunicaciones. Además, la reducción de los tiempos de vuelo derivado de rutas más cortas implica necesariamente un aporte al cuidado del medioambiente, detalló Mauricio Blanco.
Al respecto, la ministra de Medio Ambiente, María Ignacia Benítez, señaló que “este tipo de medidas van en la línea de lo que queremos impulsar, sobre todo porque sabemos que un menor consumo de combustible asociado a rutas más cortas seguidas por flotas aéreas, favorece una menor huella de carbono de sus operaciones en el aire”.
En tanto, para 2018 la DGAC tiene planteado eliminar los radiofaros, que eran los sistemas de navegación que existen desde los años 30, que en su tiempo fueron muy útiles, pero que hoy son muy inexactos, ya que los aviones podían llegar hasta 1,5 kilómetros desviados de su destino.
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