vía Concesionario de terminal de Santiago prevé déficit de infraestructura por nuevas aerolíneas.
Al menos ocho aerolíneas, seis extranjeras y dos nacionales, iniciarán sus operaciones en Chile en los próximos doce meses, sumándose a la actual oferta aerocomercial existente en el país.
Para el presidente de la concesionaria del aeropuerto de Santiago, SCL, y consejero del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), José Manuel Urenda, la llegada de estas nuevas firmas “conlleva grandes ventajas para los usuarios, dada la competencia que se generará, pero a la vez también importantes desafíos para la infraestructura”.
El empresario afirmó que “se debe tener en cuenta que el incremento de aerolíneas generará un impacto no solo a la infraestructura en Santiago, sino que también a la de los diversos terminales del país, en donde operarán”. Indicó que en el caso de Pudahuel existe capacidad en cuanto a las pistas, pero no en materia de puentes de embarque y estacionamientos remotos.
Por ello, añadió, “la Dirección de Aeropuertos del Ministerio de Obras Públicas se encuentra construyendo 16 nuevas posiciones remotas. No obstante, el déficit que se puede prever es en el sector de counters y embarques, lo que SCL ya ha evaluado y se encuentra trabajando para hacer frente a esta situación”.
Sostuvo, por otra parte, que “es necesario adecuar la gestión del aeropuerto al mayor número de aerolíneas que aspiran a operar en Chile y a las necesidades de los usuarios. Esto significará una reasignación de los espacios disponibles y, a partir de la competencia entre las propias líneas aéreas, de una mejor utilización de las horas valle”.
Sobre las inversiones adicionales que se requieren en el aeropuerto de Santiago para enfrentar el arribo de nuevas aerolíneas, Urenda recordó que a la inversión de US$ 70 millones del proyecto Fase 1 -ampliación previa a la relicitación del terminal pactada entre el MOP y SCL – se suma el nuevo proyecto de “Chequeo Nacional”, que implicará cerca de $1.000 millones y la instalación de 11 counters para vuelos locales y una nueva cinta colectora de equipajes. Con ello, dijo, se aumentará la capacidad de este sector 30%.
Urenda dijo que “no obstante, se debe considerar que tanto las obras de Fase 1 como este nuevo proyecto, son paliativos. Solo en 2013 se tiene proyectado que circularán más de 16 millones de pasajeros, siendo el aeropuerto que más ha crecido en Sudamérica, según el ranking del Consejo Internacional de Aeropuertos”. Agregó que “para hacer frente a esta gran demanda tanto de los pasajeros como de los nuevos operadores aéreos, se requiere de la construcción del nuevo terminal aéreo, que se llevará a cabo con la relicitación”.
La nueva licitación de Pudahuel se prevé que el MOP la hará en enero. Considera una inversión de US$ 720 millones para ampliarlo a 29 millones de pasajeros que se registrarían al 2030.
Urenda comentó que si bien estos planes son acertados, “muchas veces la demora y lentitud en la aprobación de proyectos de este tipo, han generado grandes retrasos en su implementación, lo que repercute finalmente en el servicio que se les entrega a los usuarios”.
Recordó que en el caso del terminal de Santiago: “Desde 2006 se alertó a las autoridades de la época sobre la pronta saturación del aeropuerto, entregándosele proyectos concretos. Sin embargo, recién en 2011 la autoridad aprobó el proyecto de Fase 1, que se formalizó en febrero de 2013”.
Razones del aumento del tráfico
Con relación con el impacto del aumento del tráfico de pasajeros en la infraestructura aeroportuaria nacional, José Manuel Urenda comentó que “en una década, entre 2003 y 2012, el transporte local de pasajeros casi se triplicó, liderando este auge los vuelos desde Santiago hacia y desde Copiapó, Calama y La Serena, entre otros”. Señaló que el tráfico internacional también “ha mostrado un gran aumento, casi duplicándose en la última década”. Dijo que ello se debe principalmente al “crecimiento económico del país, al auge del turismo, crecimiento de los viajeros de negocios, sobre todo de la minería y el cambio en el modelo de negocios de las líneas aéreas que conlleva una baja en las tarifas”.
Señaló que los aeropuertos de regiones recién ahora se encuentran adaptando su oferta de infraestructura y servicios “a una demanda que lleva evolucionando en los últimos cinco años”.
Fuente: El Mercurio, Santiago
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