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Poder hablar presupone el saber escuchar.
Tan simple, básico el planteamiento que resulta hasta insípido mencionarlo. Sin embargo pienso que en la política nacional no hay capacidad de decir cosas interesantes, básicamente porque los actores de la misma han perdido su capacidad de escuchar. Lo que está primero es la necesidad de ganar, de estar en el poder, de atrapar la banda presidencial. Algo así como que el ego se apoderó de todos y de todo y no hay espacio para escuchar al otro, lo que se necesita de verdad. Las propuestas no existen. No hay. No consideran al otro. Los lenguajes lo demuestran, escuchamos cosas sólo desde la descalificación y desde el yo-yo. Este no sabe lo que dice, yo lo propuse hace tanto tiempo…
¿Y como le hacemos para cambiar esto? Bueno, simple, tres cosas; escuchar con más que las orejas. Escuchar es una acción compleja que se hace con el cuerpo completo, con todo lo que se tiene. Segundo escuchar es dejar el propio ego; pero esto no es esotérico, quiero decir, dejar de poner los propios intereses por sobre aquellos de los demás, poder estar atento a las necesidades reales del otro. Empatía también se le llama y no es un ejercicio simple de realizar. Hay que ponerle empeño, sacarle pasado y futuro para agregarle mucho presente. El presente es un gran regalo, pero hay que saber comprenderlo. Y eso no es fácil. Tercero, poner el foco en lo real, es decir, en las cosas como son. La política, especialmente la que estamos viviendo en el mundo postindustrial, es una actividad de imágenes, de ilusiones y de avanzadas destinadas a mitigar ansiedades pasajeras, versus un sentido político serio donde el foco debería ser el proyecto conjunto, lo que es bueno y bello para todos. No simplemente para grupos específico.
¿Soñador ah?. Así es, pero el presente es lo único que tengo y es lo único que hay (Julieta Venegas). No tenemos opción si jugamos en la sustentabilidad real del juego que llamamos vida en el tablero que denominamos tierra. Interesante invitación. Escuchar, más allá de nuestros intereses, aquello que es bueno para todos y que permite que nuestro planeta siga haciendo lo suyo. Sólo así podremos hacer lo nuestro.
Vicente Valjalo De Ramón
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