Fuente: Biógrafo de Camiroaga aclara la teoría sobre Nano y el incendio de Chicureo | Radio Candy
Anoche Twitter estalló con un rumor que unía a Nano Calderón con el incendio de la casa de Felipe Camiroaga en Chicureo en 2011.
De acuerdo a los internautas, el joven, quien está en prisión preventiva por parricidio frustrado, era uno de los culpables del siniestro, que en su momento acaparó las portadas de la prensa.
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El rumor cobró más fuerza porque la opinión pública nunca supo detalles del incendio, ni tampoco su autor.
La teoría creció más aún cuando encontraron un tuit de Nano de la época que decía “Ma feli ke camiroaga con bomberos en xicureo xd” (sic). Tras esto, muchos daban por hecho la responsabilidad del joven en el incendio.
Más aún, cuando en la segunda edición de Felipe Camiroaga, La Verdadera Historia de los periodistas Cristián Farías (editor de Glamorama) y Cecilia Gutiérrez, se abordaron detalles del atentado.
La verdad del biógrafo
A través de Glamorama, Farías se refirió al origen del rumor y, a su vez, entregó información para resolverlo.
En el libro, al abordar el episodio del incendio, se lee lo siguiente:
‘Poco después de las seis de la mañana apareció un hombre que nadie conocía, pero que estacionó su auto al interior del terreno y se les acercó a conversar. ‘Hola, soy un vecino cooperador’, dijo. Camiroaga y su grupo de íntimos se miraron extrañados, aunque luego continuaron con la remoción de escombros’“, escribieron Farías y Gutiérrez.
Más tarde, el sujeto llegó con agua, galletas y cigarros.
“El desconocido intentaba entrar en conversa con Felipe, pero el afligido rostro de TVN ignoró sus palabras porque tenía sus pensamientos en otra parte, tratando de asimilar la gran pérdida que había sufrido“, agrega la biografía.
En el informe de Patricio Palominos, perito de la Segunda Compañía de Bomberos de Lampa, la conclusión fue una: el siniestro había sido intencional.
“Se encontraron rastros de vidrios con olor a combustible y un bidón. Y el principal sospechoso es el misterioso hombre que se identificó como hijo de una conocida artista y les llevó galletas y cigarrillos, aunque nadie lo conocía. La policía lo citó a declarar, pero el sujeto no asistió”, detalla el libro.
“Con todos los antecedentes de la investigación en sus manos, y sabiendo el nombre del sospechoso con el que tuvo contacto durante la misma mañana del siniestro, Felipe tomó su decisión. No quiso entablar acciones legales porque opinó que sería un proceso ‘demasiado doloroso’”, agrega.
“‘Además tendría que enfrentarme cara a cara con ese tipo’, comentó. Y a más de un año del siniestro, el fiscal Ulises Berríos -quien tomó el caso luego de que Macaya fuera trasladado- decidió archivar la causa”, finaliza el libro.
Sin embargo, de acuerdo al periodista, el rumor que vincula a Nano Calderón como autor del incendio es una fantasía. “De esta manera, cabe recalcar que el sospechoso nunca fue Nano Calderón Argandoña”, asegura.
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