María José Arancibia se contagió con coronavirus y estuvo 17 días hospitalizada en una clínica. Tras cumplir con el aislamiento preventivo junto a su esposo, por fin se reunió con sus hijos. Sin embargo, la felicidad poco duró, ya que tiene que pensar en costear una deuda que para ella es imposible de pagar.
Hace menos de dos meses conocimos a María José Arancibia. En ese entonces recordaba los duros momentos que tuvo que pasar cuando fue hospitalizada por COVID-19. Veía las grabaciones que hizo durante los 17 días que duró su recuperación en la clínica, y ya en su casa, comenzaba su rehabilitación para poder respirar como antes.
“Me refugié en la imagen de mi hijo para poder salir de eso”, asegura la mujer. “Me cuesta hacer cosas básicas y me molesta eso ¿Cómo voy a poder bañar a mi hijo chico?”, relata.
Cuando visitamos a María José en junio, aún cumplía un aislamiento preventivo y junto a su esposo Cristian sólo podían saludar a sus hijos desde la distancia. Pero hoy, al fin están todos juntos.
“Fue emocionante verlos. Los abracé, les di un besito a cada uno y ellos estaban feliz de estar con la mamá”, cuenta.
Pero la felicidad se vio empañada hace unos días, cuando llegó la cuenta de la Clínica Las Condes por un total de $29 millones.
“Es el precio de mi casa. No la puedo vender. La incertidumbre es que después sigan subiendo los intereses y que nos puedan hasta quitar la casa”, lamenta.
A María José la contagió su esposo Cristian Lagos, funcionario de Gendarmería. Él contrajo el virus en el intento de motín al interior de la cárcel Colina 1 el pasado 14 de mayo. Ambos comenzaron con síntomas días después. Ella se agravó el día 30 y tuvo que trasladarse de urgencia desde su casa en Colina al Centro Médico de la Clínica Las Condes en Chicureo.
“Dipreca dice que ella tenia que atenderse en un hospital de ellos, pero con sus síntomas no alcanzaba a llegar”, comenta su esposo. “He pedido ayuda a las instituciones y no he tenido respuesta. Necesitamos ayuda”, dice María José.
La Dirección de Previsión de Carabineros o Dipreca es un organismo público dependiente del Ministerio del Interior que entrega servicios de previsión y salud a beneficiarios de Carabineros, Policía de Investigaciones y Gendarmería. A diferencia de las Isapres, no es regulada por la Superintendencia de Salud.
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En un documento que le hicieron llegar a María José, indican que la situación de la paciente no corresponde a la ley de urgencia. Ella vuelve a ver los videos que grabó en la clínica y no entiende por qué.
Se lo consultamos a Dipreca y a través de un comunicado, explicaron que cuando la paciente fue trasladada en ambulancia desde Chicureo a la clínica en Estoril ya se había estabilizado por lo que “su hospitalización en Clínica Las Condes no ocurrió encontrándose en condición de riesgo de muerte”, a pesar de que se agravara cuatro días después. Agregan que la paciente debió realizar su traslado al Hospital Institucional.
“No podemos pagar la deuda. Los ingresos sólo son de parte de mi esposo”, afirma María José. Cristian, en tanto, agrega que “tendríamos que vender la casa, pero es imposible, porque tengo tres hijos y es donde vivo”.
Ambos le sonríen a sus hijo menor, lo ayudan a hacer sus tareas y siguen con su vida. Con la incertidumbre, eso sí, de no saber saldar una deuda millonaria.
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