Para compensar la caída en las ventas en los malls, están instalando dispensadores para rellenar sus envases reutilizables en almacenes. Ya tienen en Ñuñoa, Chicureo, San Bernardo, Reñaca, Valparaíso, Olmué y dos en Viña del Mar. En abril partirán con pilotos de delivery.
En noviembre de 2017 nació EcoCarga, un spin-off de Empresas Demaria -propietaria de la marca Virginia-, con la idea de desarrollar un sistema de ventas de artículos de limpieza, como detergente y suavizante, en envases recargables, un proyecto de economía circular que busca minimizar el uso de plásticos y generar ahorro a los clientes.
EcoCarga partió con un local piloto en Viña del Mar y a finales de 2019, ya tenían 12, nueve en la Región Valparaíso y tres en Santiago, en alianza con los Mall Plaza, en las comunas de Huechuraba, Cerrillos y La Florida.
El estallido del conflicto social de octubre los pilló en pleno plan de expansión, lo que significó retrasos en la apertura de nuevos locales y afectó la operación de las tiendas más céntricas en Viña del Mar y Valparaíso.
“La venta ese trimestre estuvo entre un 20% y 25% más baja respecto de lo proyectado. Teníamos planeado abrir seis tiendas antes de fin de año y nos retrasamos. La última la acabamos de abrir en marzo pasado”, cuenta Jorge Aranda, gerente de EcoCarga.
El verano les dio un respiro, pero luego vino el coronavirus y, con ello, el cierre de los centros comerciales. Tras unos días en vilo, obtuvieron un permiso para mantener sus locales abiertos en estos recintos, porque los productos de limpieza califican como artículos de primera necesidad.
Aranda señala que tomaron una serie de medidas para proteger la salud de los trabajadores, cada persona trabaja un turno diario y día por medio, se les entrega alcohol gel, mascarilla y guantes y sanitizan la tienda cada 48 horas. Además, instalaron demarcaciones en el suelo para mantener las distancias entre trabajadores y dependientes y sólo puede ingresar un número de personas por local. En el caso de los malls, esto último no ha sido un problema, porque el flujo bajó.
“En los tres locales que tenemos en centros comerciales, las ventas cayeron un 40%. Pero hemos logrado compensar con las ventas y nuevos clientes de las tiendas que están fuera de los malls en la Región de Valparaíso. En 2019 terminamos con 25 mil clientes y ahora en marzo ya tenemos 70 mil”, dice Aranda.
Para afrontar las menores ventas en Santiago, decidieron acelerar proyectos que tenían en carpeta. Desarrollaron máquinas dispensadoras para recargar productos, las que están instalando en almacenes y comercios de barrio. Ya tienen en Ñuñoa, Chicureo, San Bernardo, Reñaca, Valparaíso, Olmué y dos en Viña del Mar.
“Llegar a los comercios de barrio estaba en nuestro plan de expansión a través de pequeñas franquicias. Sin embargo, a propósito de la contingencia por el coronavirus, nos abrimos a entregar las máquinas a comodato, a comercios que están funcionando, y que una primera etapa recargarán detergente para la ropa”, comenta.
El plan considera la instalación de 50 máquinas dispensadoras durante el primer semestre de 2020, con una inversión de unos $ 80 millones. Además, invirtieron $ 50 millones en desarrollar la tecnología para que estos equipos puedan funcionar en la red de EcoCarga.
“Los clientes se registran y deben adquirir un envase recargable que cuenta con un QR. Cada vez que se recarga en las tiendas, se genera un registro y se obtiene la trazabilidad del cliente. Entonces, para recargar en las máquinas dispensadoras que no están en tiendas y seguir con la trazabilidad, desarrollamos la tecnología con un partner”, explica Aranda.
Recarga móvil
Otro de los planes que tenían en carpeta es la implementación de un servicio de recarga móvil. Aranda cuenta que el contexto actual los empujó a poner el pie en el acelerador y pensar en maneras de llegar con la recarga de envases a los domicilios.
En abril partirán con un servicio piloto de delivery en tres tiendas -Concón, Viña y Valparaíso-, en el que un vehículo de EcoCarga con repartidores propios, recoge el envase vacío, lo recarga en una tienda y lo regresa al domicilio con el producto.
Para Santiago proyectan llegar con este servicio, pero en lugar de hacerlo con medios propios, están en conversaciones con una empresa de delivery para hacerlo sin perder la trazabilidad del cliente.
La idea es que sea pronto, “para compensar la caída en las ventas en las tiendas de los centros comerciales”, dice Aranda.
Además, están en conversaciones con el Instituto de Salud Pública (ISP), para que los autorice a comercializar productos desinfectantes como cloro o cloro gel en envases recargables.
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