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Publicado en Noticias el Domingo 4 de Octubre, 2015

Ruta de la buena vida en Chicureo

Por Carolina Méndez @carolamendezl

Fuente: 2015-10-03 | 14 : Espectáculos | La Segunda

La tranquilidad, el ambiente campestre y tener “todo a la mano” atrajeron a tres personalidades de las comunicaciones para instalarse en Chicureo. Los periodistas Eduardo Fuentes, Magdalena Montes y el actor y guionista Jorge López (el hombre tras Yerko Puchento) nos cuentan las bondades de esta zona ubicada a media hora de Santiago.

Tan lejos, tan cerca

Eduardo Fuentes, animador de “Gala, el humor estelar” de Canal 13, vive hace 9 años en Chicureo. “Optimista, tomé los ahorros que tenía y me la jugué. No me alcanzaba, pero estaba seguro que era una gran opción precio, calidad, plusvalía. Y no me equivoqué. Me enamoré del lugar, de los cerros, de que esté tan lejos y tan cerca a la vez”.

Aquí tiene esa sensación de campo y aroma a provincia. “Tardo 30 minutos al trabajo, tengo buenos vecinos y amigos para jugar fútbol y una laguna para recorrer en familia”, señala. “En Chicureo, con mi mujer, tenemos mañanas silenciosas con el sonido de los pájaros. Para quienes trabajamos en medio del constante volumen bajar las revoluciones es fabuloso”.

Los almuerzos de los fines de semana los disfruta con amigos o familia. Después viene una caminata a la laguna donde sus perros Lucas y Clara juegan y se bañan. Al atardecer, es infaltable un sour en la terraza del Cocoa —”tiene comida peruana de gran nivel, es como estar en otro país”— o una buena conversación en su casa junto a la parrilla “con un tinto en mano”.

Uno de sus pasatiempos en Chicureo es jugar fútbol en la cancha Santa Elena con su equipo, Los Diablos. Luego viene el “tercer tiempo” en El Horno don Víctor, una picada con comida tradicional “BBB”.

Otro favoritos es el Café Haussmann, de Valdivia, que evoca la nostalgia del sur con sus crudos a pedir de boca.

Para una previa de lujo elige las empanadas de Las Hermanas. Y si hay asado, las “carnes premium” y los vinos de Las cavas de Chicureo. Para los postres, La Punta, de la laguna, donde la torta mil hojas de frambuesa, lo deja como rey con sus visitas. A la hora del café, Mamma Lucía es un imperdible.

Otra buena opción es la cómoda y gentil terraza del Mercatelli —propiedad de Jorge López— y su delicioso menú italiano o la recientemente abierta parrilla del A dos fuegos, de Bernardo Borgeat, “quien sabe de asados”.

Hay circuitos entretenidos en el eje Piedra Roja-Chamisero. “Rutas amplias, con rincones forestados para descansar y varios kilómetros para quemar las penas”. Y camino a Liray aparecen verdulerías donde los agricultores venden a buen precio y ricas picadas de comida chilena.

La laguna de Chicureo es un remanso de vida silvestre. “Interesante es reconocer su fauna silvestre o simplemente sentarse en sus bancas a leer o descansar. Sin duda, Chicureo es una tremenda opción”.

Un rincón de la Toscana

A Jorge López no lo mueven de Chicureo. Aquí, funciona su centro de operaciones. El también director creativo de Canal 13 tiene acá su hogar —y oficina— ubicada a un par de minutos de su Trattoria Mercatelli. “Uno de los hobbies más grandes que tengo es comer”, reconoce López, sibarita de tomo y lomo. Es por eso que no se le pasa ningún detalle en este paraíso de pastas artesanales que creó junto a Claudia Cornejo, su mujer, la chef del local. “Quisimos hacer un lugar lindo, que fuera como un rincón de la Toscana”.

Ya cumplieron tres años con el restaurante donde Jorge junto a su amigo y cómplice Daniel Alcaíno, preparan la rutina del deslenguado Yerko. El guión se vuelve más cautivante entre pastas frescas, flores y un ambiente decorado por antigüedades y una siempre celebrada ornamentación a cargo del mismo Jorge.

Dos veces por semana, se reúnen a desmenuzar la actualidad. “Nos juntamos a almorzar, tomar un pisco sour, tirar ideas; aquí hacemos los primeros vómitos de lo que fue el pulso del fin de semana. Difícil saber cuáles momentos fueron escritos en el restaurante, pero creo que mayormente fue el primer capítulo de la temporada. Fueron muchos almuerzos y muchos pisco sours. Me atrevería a decir que el Epidemia con aros (Dávalos) nació en la clínica Mercatelli”, comenta entre risas.

“Me dedico hacer reír y entretener, así es que el restaurante por lo menos debía tener onda”. Los clientes conocen a Jorge y algunos le llaman la atención “en buena onda” cuando Yerko en sus rutinas “le da mucho” a Michelle Bachelet o a Sebastián Piñera.

Entre abundantes platos de pastas, osobuco y pizzas. “Daniel come todo lo que tenga ají, pero ahora tengo un peperoncino, un ají seco, que es tan picante que con eso lo liquidé… (ríe). Él siempre pide los mismos tres platos: fetuccini a la putanesca, a la arrabiata o una pizza de queso y salame. Yo pido el asado de tira con risotto de albahaca y el risotto de locos que es mundial”.

La mejor decisión

Magdalena Montes llegó a Chicureo en febrero de 2003 por una casualidad. En esta época su marido estaba remodelando una casa que había comprado para un negocio en este sector. “Le puso tanto cariño a esa remodelación que me propuso que nos viniéramos a Chicureo e hiciéramos un cambio total de ambiente. Yo no sabía nada del lugar ni de las dimensiones a las que me venía”, recuerda la directora y socia de la agencia de comunicaciones Reflecta Chile.

Para ella, Chicureo tiene lo mejor de los dos mundos: el rural y el urbano. “Es parte de Santiago, puedes estar en media hora en cualquiera de los variadísimos lugares de la capital, y acá vuelves al ambiente campestre de lindos paisajes”.

Aquí sus hijas Colomba, (12) Lía, (11) y Sol, (5) son “inmensamente felices”. “En Chicureo se alarga la niñez y mejora la calidad de vida. Además, nuestros vecinos son muy solidarios. Y se practica deporte constantemente”.

Los fines de semana goza la oferta de panoramas. “Uno de mis favoritos es el Pizza Bistrot, de mi amigo Didier Veracini, un lugar incomparable para comer deliciosas pizzas, el tártaro de salmón y un confit de pato insuperable. Mi peruano favorito, el Barandiarán. Un cebiche de pescado con el mejor pisco sour del barrio”.

Y cuando tiene antojo de mariscos, recurre a Donde Gilberto. “Se pueden comer las ostras en el mismo local; hay para llevar y los erizos son los máximo”.

Si va en busca de una terraza con vista “sin competencia” es la del Club Las Brisas de Chicureo. “Los mejores churrascos se comen en el quincho de golf. Es una terraza sobre una laguna de cisnes y patos que es realmente un sueño”.

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