por paulina toro –
-¿Por qué quedarse en la UDI si usted mismo ha dicho en su entorno que en el consejo perdió?
Siento que lo que está plasmado en el voto político a mí no me representa prácticamente en nada, salvo en aquellos aspectos que hablan de la mayor participación. Y quiero decir que el voto político no representa el sentir de la mayoría de los militantes de la UDI. Pero Hernán Larraín me convenció. Con sus argumentos, me dio a entender que era mejor quedarme en la UDI, aun cuando tuviera diferencias en aspectos como éste, pero que eso era mejor a salirme de la UDI y quedar como un llanero solitario. Le encontré razón. Por eso le redacté una carta pidiéndole que se corrigieran a la brevedad algunos aspectos de esas conclusiones.
-¿Y Larraín le dio garantías de que eso podía ser corregido?
Me dio garantías de que los procesos internos son dinámicos. Tengo la impresión de que el cambio se va a producir, porque la mayoría de los militantes no está de acuerdo. Probablemente en un próxima elección interna, donde la directiva está comprometida a que sea un militante un voto, haya una oportunidad, no muy lejana. Obviamente, a mí me interesa llegar a eso.
-¿Cuál es su desacuerdo?
En lo formal, la expresión de francotirador. Francotirador es como una persona que está escondida, en la noche para matar a alguien o para generar un daño.
-¿Sintió que se incluyó esa expresión en relación a usted?
Para cualquier militante de la UDI que dice las cosas porque las piensa y en un ámbito constructivo, la expresión es inadecuada. Se lo digo en la cara. La disidencia ha actuado totalmente identificada: Víctor Pérez, Mario Olavarría y yo. Somos los proscritos, los vetados. No es de francotirador. Hay otros que pueden haber actuado en la oscuridad.
-¿Quiénes?
No sé, pero no es el caso nuestro. Pero en la redacción del voto político da la sensación de que aceptando el pronunciamiento de los tribunales, por razones especiales, la UDI no sancionaría a nadie, aun cuando los tribunales sí lo hagan. Eso es ponerse por sobre el estado de derecho, por sobre la ley.
-Se habló mucho en el consejo que el voto político reflejaba la influencia de Novoa.
No me gusta personalizar, porque me parece odioso. No es sólo una persona la que está detrás de este voto político. Muchos de ellos están hoy en la actual directiva.
¿Quiénes integran este grupo de influencia mayoritaria en la UDI?
Hay un grupo de diputados, están Jovino Novoa, algunos históricos.
-¿Ese grupo está relacionado con boletas y el caso?
No me consta. Pero no creo que sea un tema relacionado a las boletas. Es un tema ético. Si yo estuviera en una situación así, investigado, por un tema de lealtad con la UDI daría un paso al lado mientras no demostrara mi total inocencia.
-¿Puede ser leído eso como un emplazamiento a Novoa?
No pretendí emplazar a nadie. Lo dije porque creo que es lo que el país quiere ver, que cuando las personas se equivocan, asuman con humildad esos errores.
-¿Qué le parece que Hernán Larraín, quien tuvo una mirada crítica similar a la suya, haya apoyado finalmente a Novoa?
El tiene una oportunidad grande. Tengo la absoluta convicción de que él es una persona honesta. Dada esta forma dividida de enfrentar el problema, para él no es fácil la conducción. Sí creo que es la persona adecuada para el momento complejo. Creo que va a ir avanzando gradualmente en la línea de lo que yo he planteado.
-Usted dijo que ratificar a Jorratt en el SII dejaba un manto de duda.
Cualquier persona que hoy esté directamente involucrada con sistemas de financiamiento dudoso, no puede ser parte de la solución. Porque eso suena a arreglín. Parece una cosa como ocultismo, de tratar de parar esto, de no transparentarlo. Esa es mi impresión. Es un poquitito impresentable.
-¿Se refiere también a la situación del ministro del Interior?
Es que salió el ministro Peñailillo con boletas que le dio a la empresa que era recaudadora de platas. El dijo que había hecho un estudio sociológico de Europa. No sé si esa empresa tiene ese fin, por lo tanto, si no lo tiene, ya son ideológicamente falsas esas boletas.
-Usted no le cree a Peñailillo.
¡Pero cómo le voy a creer, si eso es increíble! Lo que sí le creo es que en algún minuto llegó a Chile, después de haber estado haciendo un posgrado, necesitaba trabajo y le ofrecieron un trabajo, era un cuento chino. También lo de (Jorge) Pizarro respecto de su hijo. Pero es obvio que nadie puede creer que eran trabajos de verdad.
-O sea, les ofrecieron financiamiento de Soquimich.
Les ofrecieron ayuda, obvio, en este caso (Peñailillo) indirecto, porque era a través de (Giorgio) Martelli que tenía una sociedad y que recibía platas de SQM. Indirecto, pero ellos son parte del problema, pero no de la solución.
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