vía La travesía de un prófugo | País | La Tercera Edición Impresa.
Una tormenta de nieve en plena Cordillera de los Andes sorprendió a Alexis Viveros Otárola (22) cuando se internaba por un paso no habilitado hacia la provincia de Neuquén, en Argentina.
La travesía del prófugo comenzó el 21 de marzo, tras burlar los controles de Gendarmería y escapar del penal Colina II oculto dentro de un sofá. Posteriormente, la Región de La Araucanía se transformó en su centro de operaciones para planificar, según la policía, una nueva vida en el vecino país.
Para no levantar sospechas, Viveros se caracterizó como un gaucho argentino. Vestido con un poncho de lana con capucha, unas bombachas de color verde olivo y zapatos estilo leñador, el joven pretendía no levantar sospechas de las autoridades transandinas. Sin embargo, su evidente hipotermia y el cansancio tras cruzar la frontera por más de seis horas de caminata alertaron a la policía argentina.
El oficial de la Comisaría 47 de Villa Pehuenia, Marcelino Pincheira, fue testigo privilegiado de la captura del chileno condenado a 15 años de cárcel.
Según el policía, tras realizar un patrullaje durante la mañana del sábado, “se divisa a lo lejos un bulto que se movía en el campo, así que se hizo una labor de vigilancia para poder acercarse sin que se diera cuenta. Esperamos parapetados, hasta que se divisó a una persona que caminaba mojada con un poncho tipo Castilla, vestido como un gaucho”.
Indocumentado y con sólo $ 20 pesos argentinos en sus bolsillos, Viveros narró a los uniformados su viaje por la cordillera: “Dijo que había hecho una travesía a caballo hasta el inicio del paso no habilitado y luego cruzó la cordillera hacia este lado (Argentina), es un sector complicado por el clima y esa noche lo agarró un temporal de nieve. Caminó toda la noche, luego descansó hasta las 6.00 de la mañana, y se despertó por el frío y siguió caminando”. Luego de ser atendido por personal médico, Viveros “contó la historia de su fuga dentro de un sillón. Se le veía tranquilo. Contó que por mucho tiempo sólo se alimentó con un vaso de leche al día para adelgazar y poder acomodarse en el sillón que había preparado para su fuga”, contó el uniformado argentino. Pocos minutos después de su captura, un vehículo de patente chilena conducido por D.A.R.A. llegó para recoger al prófugo. “Lo venía a buscar para llevarlo a la ciudad de Neuquén”. Agregó que “el prófugo quería radicarse en Argentina con su familia y comenzar una nueva vida. Sabía que no podía regresar”.
El jefe de Interpol Chile, subprefecto de la PDI, Pedro Cuevas, explicó que la policía transandina “notó por el acento que se trataba de un ciudadano chileno, estaba bastante cerca de la frontera, a menos de 40 kilómetros”. Tras comparecer ante el Juzgado Federal de Zapala, la justicia argentina decidió expulsarlo ayer. La autoridad migratoria argentina entregó al sujeto anoche a la PDI en la frontera y personal institucional lo trasladaba esta madrugada hasta Santiago.
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