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Tres de las once esquinas más congestionadas de Santiago se encuentran en el sector oriente, en la avenida Américo Vespucio, según la Unidad Operativa de Control de Tránsito (UOCT), dependiente del Ministerio de Transportes.

En todos estos casos, que representan casi el 30% de las intersecciones más saturadas de la capital, los vehículos se amontonan en filas de hasta 300 metros, en todos confluyen arterias con capacidad superada y los semáforos operan al límite del umbral óptimo, es decir, con ciclos de 120 segundos entre cada cambio de luz.

Del mismo modo, tal como lo vienen demostrando datos de la misma UOCT hace al menos tres años, los tacos ya no son patrimonio de la zona centro oriente, sino que se han ‘exportado’ a las denominadas “comunas dormitorio” como Camino a Melipilla con Tres Poniente, en Maipú; y Walker Martínez con Av. La Florida, en la comuna del mismo nombre (ver infografía).

A ellos se añaden otras intersecciones que afectan fuertemente a los usuarios del transporte público, con demoras que muchas veces exceden el tiempo promedio para el traslado, como Alameda con Las Rejas, y vías como General Velázquez y Manuel Rodríguez.

A juicio de los especialistas, el problema de los tacos en esquinas con semáforo no radica en la labor de la UOCT, entidad que califican “entre los mejores de Sudamérica”, sino que en “general es muy difícil que esa entidad logre mejorar su desempeño actual, dado que la ciudad ya alcanzó niveles de congestión que difícilmente van a ser superados solo con gestión”, afirma el consultor jefe de Urbano Proyectos, Andrés Villaseca.

Para el experto, “además de pensar en cómo potenciar el transporte público y el Metro, llegó el momento de que reforcemos la infraestructura, con más calles y más conexiones viales”.

Por su parte, el académico UDP Louis de Grange expone que “probablemente la UOCT está al máximo de sus capacidades porque requiere más recursos. Creo que puede todavía desarrollar múltiples capacidades para adelantar información a los usuarios por medio de las redes sociales, que hasta hoy siguen viajando a ciegas. Es ahí donde debe tener un rol más activo”.