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P.LEZAETA y M.VEGA 

Ayer, cerca de las 11 de la mañana y luego de casi cuatro días de ocurrida la fuga de un reo por asalto a mano armada desde el penal de Colina II, Gendarmería informó públicamente del hecho y anunció que se está realizando un sumario de cuando ocurrió la evasión.

La información fue entregada por el vocero de la Dirección Nacional del servicio de prisiones, coronel Christian Alveal, quien al ser consultado sobre por qué la dilación en que el caso se traspasara a la opinión pública, considerando que el protagonista es un individuo procesado por asalto, indicó que no era de competencia de su organismo informar públicamente tal situación.

“Esta situación puntual (informar el caso) no es por acción de Gendarmería; si Gendarmería no tiene dominio bajo ninguna circunstancia de los medios de comunicación. Gendarmería responde en este caso un requerimiento de los distintos medios, pero nosotros no estamos manejando, ni debemos hacerlo, las comunicaciones, los intereses de los distintos medios de comunicación. Así es que por qué esta noticia cobró más relevancia, y esta se demoró dos o tres días para salir al interés público, eso no es una responsabilidad institucional”, aseguró Alveal.

“Nosotros, cuando se evade un interno -añadió-, inmediatamente hacemos un sumario administrativo (el del caso Colina está a cargo del teniente Renato Montecinos), se informa inmediatamente y se alerta al Ministerio Público para que emane las órdenes de aprehensión. Nosotros damos antecedentes, donde pudiese ser encontrada esta persona, con las recapturas que hace la fiscalía para encontrar a estas personas. Esa es nuestra misión, ese es nuestro aporte”.

Según ha podido establecer Gendarmería, el viernes, a las tres de la tarde, Alexis Rivera Otárola (22) ya no estaba en el Centro Penitenciario Colina II. No había sido detectado en ninguno de los controles ni se encontraba en su cuarto. La institución hizo un recuento de sus reclusos: faltaba uno, era Rivera.

El reo se había fugado de una manera insólita desde el módulo 5 de la cárcel oculto dentro de un sillón.

Hasta el momento, dijo Alveal, se indaga cómo Rivera llevó a cabo el plan de huida. El oficial no descartó que el prófugo haya recibido ayuda de otros reclusos, aprovechando las habilidades que adquieren los reos en los talleres que se imparten en la institución, para crear el refugio usado para escapar.

Durante la tarde de ayer se dio a conocer la suspensión del gendarme Diego Silva Sierra, encargado de controlar lo que entra y sale del lugar en el sector conocido como la segunda reja.

Según Alveal, conforme a las estadísticas de la institución, en los últimos 23 años la tasa de gente que se ha fugado de la cárcel ha bajado de manera sostenida. “El año 90 -indicó-, por cada mil internos teníamos una tasa de 11 fugados, y en el año 2013 la tasa es de 0,6 por cada mil internos”.

”Por qué esta noticia cobró más relevancia y se demoró dos o tres días para salir al interés público, no es de  responsabilidad institucional”.
CHRISTIAN ALVEAL
VOCERO DE GENDARMERÍA

 Las distintas formas con que los presos tratan de huir

Lo ocurrido en Colina II añade otro capítulo a un nutrido historial de fugas inusuales desde cárceles chilenas.

En 1957 se produjo el escape más célebre desde la ex Penitenciaría. La protagonizó el argentino Guillermo Kelly, quien huyó disfrazado de mujer.

En los años sesenta, los intentos de fuga más originales también corrieron por cuenta de un trasandino, José Rubio, el “Loco Pepe”.

Curiosamente, la primera vez que trató de hacerlo fue oculto en un sofá que hizo en el taller de la cárcel. Sin embargo, mientras unos gendarmes lo cargaban, la tela se desfondó y se cayó.

El 30 de diciembre de 1996, los principales dirigentes presos del Frente Patriótico Manuel Rodríguez escaparon de la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago en un helicóptero. La llamaron “La fuga del siglo”.

En 2005, dos reclusos de la Cárcel de Arica huyeron tras conseguir uniformes de gendarmes. Al año siguiente, un reo enviado al Hospital Barros Luco robó una bata blanca y se evadió simulando ser doctor.

A fines de mayo de 2002, un interno de la Cárcel de Illapel fue descubierto cuando intentaba escaparse dentro de una bolsa de basura.