vía Gobernador de Santiago tiene una querella del CDE en su contra por malversación de recursos públicos – El Mostrador.

Esta foto de Salvador Delgadillo, utilizada tanto por El Mostrador para ilustrar este artículo, como por el Partido Comunista en su sitio web, pertenece al archivo de Kiko Benítez.

El pasado 3 de mayo el Consejo de Defensa del Estado (CDE) interpuso una querella criminal en el Tribunal de Garantía de Colina en contra de Salvador Delgadillo (PC), para que se le investigara por presuntos desvíos de fondos cuando era alcalde de la comuna de Til Til.

En la querella se señala que Delgadillo utilizó para otros propósitos los recursos asignados al municipio por la Subsecretaría del Interior para enfrentar las emergencias tras el terremoto del 27 de febrero de 2010.

Según el documento, al municipio se le entregaron $69.356.837 para las necesidades surgidas tras el terremoto, pero por orden del propio Delgadillo se designaron $26.395.007 para la reparación de vehículos municipales.

Además, el 3 de agosto de 2010, la secretaria municipal Claudia Parra Cisternas, le confirmó al alcalde que los pagos no habían sido realizados bajo una licitación pública como indicaba la ley. Sin embargo, Delgadillo habría ordenado de todas formas el pago de estas reparaciones.

Por estas irregularidades, el por entonces concejal de Til Til, Sergio Covarrubias (RN), interpuso una querella similar a la del CDE por estos pagos y otras presuntas irregularidades.

“Le tengo gran simpatía al alcalde, pero una cosa es la simpatía y otra es el trabajo y le hice ver que no estaba de acuerdo con muchas de sus resoluciones, con muchos de sus planteamientos que nada tienen que ver con la política”, dijo Covarrubias a Radio Bío Bío.

En la querella del CDE además está la denuncia sobre un hurto de energía eléctrica que afectó al Centro de Salud Familiar de Til Til, porque supuestamente el entonces alcalde ordenó suministrar corriente a un kiosco aledaño a este recinto.

Respecto a esto, Covarrubias indicó que incluso este hurto de energía afectaba la atención de los pacientes. “Era tan grave que no podían mandar los cardiogramas porque no había energía”