El Establo (+56) 2 2738 8533por Marcelo Palomino M.
FUE en dos eventos en paralelo realizados a fines de noviembre en los salones de Los Angeles y Tokio, cuando Porsche exhibió oficialmente el nuevo Macan, quinto miembro de la gama del fabricante, y que se pondrá a la venta en Europa en abril próximo y llegará a Chile un mes más tarde.
El Macan es un SUV mediano de 4,68 metros de largo, hermanado con el Audi Q5, que toma su nombre de la palabra indonesia Tigre, y sobre el que existe una inusitada expectativa por parte de la marca, apuntando a capturar esencialmente clientes nuevos.
Porsche invirtió 500 millones de euros para ampliar la fábrica de Leipzig, donde además nacen el Cayenne y el Panamera, proyectando una capacidad de producción de 50.000 unidades anuales sólo del Macan. Así, la firma aumentaría sus ventas al menos un 35% en 2014, superando la barrera de las 200.000 unidades.
Y eso sólo con las especificaciones más altas y caras del modelo, Macan S, Macan Turbo y Macan S Diésel. De versiones de entrada más accesibles no se habla públicamente, pero es un hecho que no demorarán tanto en aparecer, convirtiendo así al Macan en el modelo más vendido de Porsche.
Es tanta la expectativa que hay sobre este modelo, que en ciertos mercados como el chileno se apuesta a duplicar las ventas en el corto plazo, pasando de las 400 unidades logradas en 2013 a más de 600 en un par de años.
Un Porsche auténtico
Asistimos en Lepzig a su presentación, y tuvimos la posibilidad de corroborar sus cualidades dinámicas, primero como un deportivo de excepción, y luego, como un muy capaz todoterreno.
Para construir el Macan, Porsche utilizó como base la plataforma modular mediana del grupo Volkswagen, que hoy da vida al Audi Q5. Pero como se apuran a decir en la marca, “le agregamos todos los componentes que hacen del Macan un Porsche auténtico, y el más deportivo y exclusivo de los modelos del segmento”.
Lo primero fue dotar al Macan del mejor sistema de tracción posible, utilizando el conocido Porsche Traction Managment (PTM), que utiliza un embrague multidisco de gestión electrónica y distribuye el torque automáticamente según la demanda, pudiendo ir de un 100% sobre el eje trasero a un 100% al delantero.
Asimismo, cuenta con el Porsche Vectoring Control, un diferencial trasero con bloqueo electrónico capaz de gestionar el par entre las ruedas, mejorando así el dinamismo y la capacidad de tracción en velocidad.
La suspensión también fue optimizada para ser la más efectiva en conducción dinámica o en uso fuera de pista. En las versiones Macan S está disponible un paquete convencional, mientras que de serie en el Turbo y opcional en las otras versiones está la suspensión adaptativa, que ofrece tres niveles de conducción (sport, sport + y confort). Los amortiguadores de aire, con tres opciones de altura de carrocería, también están disponibles.
La performance característica de Porsche está dada por dos nuevos motores gasolineros de seis cilindros turboalimentados, así como el V6 3.0 turbodiésel del Cayenne.
El más grande es un V6 3.6 biturbo, que eroga 400 Hp y 550 Nm de par desde 1.350 rpm, mientras que el segundo es un V6 3.0 biturbo, con 340 Hp y 460 Nm desde 1.450 rpm. Ambos ofrecen alta capacidad de aceleración, velocidades máximas superiores a los 250 km/h, y consumos menores a 11 km/litro en ciclo mixto.
El diésel, en tanto, es un 3.0 litros con 258 Hp (10 más que en el Cayenne) y 580 Nm de par desde 1.750 rpm, que homologa un consumo mixto de 16,4 km/litro.
Los tres motores están acoplados a la caja automática de doble embrague PDK, al sistema PTM de tracción total, y presentan una novedosa solución de ventilación integrada por la parrilla.
Como la opción de Porsche es ofrecer deportividad y eficiencia, el Macan cuenta con sistema start/stop, y mejoras aerodinámicas (un COx de 0.36) y mecánicas, que rebajan las emisiones hasta en un 21%.
El Macan ya vuela sobre el asfalto, cargando sobre sus hombros una presión comercial inusitada para esta marca de nicho. El tiempo dirá si supo convencer.
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